Tener las acciones de Mexicana le da tranquilidad a los inversionistas, dice Christian Cadenas, representante de Med Atlántica, la empresa que los agrupa. Sin embargo, dice que necesitan una garantía jurídica de que la empresa volverá a volar antes de soltar más dinero.

 

“El dinero no va a caer en la compañía mientras esa garantía no esté”, advierte.

 

Así resume el problema que les impide reiniciar operaciones:

 

“La aerolínea, sin la capacidad de volar, sin sus rutas y slots, pues no tiene valor”, dice el empresario hotelero. “Ningún inversionista estaría dispuesto a hacer algún pago, sin la garantía de que va a volver a volar”.

 

Mastica su bife y espera preguntas. Se reúne con un grupo de reporteros en el sur de la ciudad de México. Su mirada es de confrontación, de desconfianza. Hoy viene preparado para responder las críticas que ha recibido en los últimos meses. Algunos de los presentes han dicho que representa los intereses de Grupo Posadas, en específico de Gastón Azcárraga, el empresario que presuntamente llevó a la quiebra a la empresa y quien fuera su socio de negocios por año.

 

–¿Quiénes están?

 

–No te puedo dar nombres de socios en este momento por el acuerdo de confidencialidad que tenemos… yo creo que es lógico, hemos tenido diversos inversionistas que han estado en el grupo en el pasado, y en cuanto se han filtrado nombres a medios o a determinadas autoridades, se han bajado rápidamente. Algunos porque los han molestado, otros porque no querían figurar mediáticamente. Están en su derecho. Y hay algunos que siguen sin querer figurar.

 

Christian Cadenas no confía ni en las autoridades:

 

–Evidentemente quien sí debe de saberlo es la SCT. Nosotros hablamos con el secretario, Dionisio Pérez-Jácome, a propuesta de él, porque de hecho se habían filtrado por determinadas personas en la secretaría algunos nombres, en algunas reuniones de repente lo sabía todo el mundo, es que hasta el último día, en un sobre cerrado, le entregaríamos a él en persona los nombres de los inversionistas y así lo vamos a mantener.

 

–¿Qué opina de Gastón Azcárraga, de Grupo Posadas, de los cambios, habrá una investigación de la quiebra?

 

–Yo no voy a opinar sobre los antiguos gestores, ni es de mi interés. Nosotros estamos aquí para rescatar y reestructurar Mexicana. Lo que pasó, pues pasó. Si las autoridades lo quieren investigar o si algún particular considera que sus derechos fueron violados o se los saltó la familia Azcárraga, es un asunto de ellos. Nosotros miramos hacia adelante, y bastante trabajo tenemos con consolidar esto y llevarlo a buen fin (…) Creo que conocemos a los “cadáveres” más importantes, si sale alguno más pues habrá que batallar con ellos.

 

–Dicen que Mexicana nunca volverá a volar porque usted está dándole tiempo a Azcárraga para huir tranquilamente. ¿Cómo se deslinda?

 

–Mira, yo creo que teniendo los negocios que yo tengo en España, sería una gran pérdida de tiempo estar encubriendo aquí a nadie. Creo que además, eh, si quieren ir a por el señor Azcárraga, irán a por él, independientemente de lo que yo o cualquier otra persona quisiera hacer. Si tienen la voluntad firme de hacerlo, y si no la tienen pues tampoco.

 

El rojo del vino se refleja en su rostro, suspende el ir y venir del tenedor.

 

–Y te reitero: no estaría aquí perdiendo el tiempo, con todo respeto, teniendo mis negocios allí, y mi casa allí, o sea, yo llevo muchos meses viniendo a México, que me encanta y es un placer, pero con negociaciones y con un trabajo que no es fácil, y que no sabes, nunca tienes la certeza de que vas a llegar al final del camino y si todo lo que has hecho y todo lo que has invertido va a servir. De pronto si hago eso es porque estoy convencido de que el negocio es bueno, que es rentable, pero también porque hay un montón de gente detrás de esto. Hay muchas familias.

 

Explica su relación con Gastón Azcárraga:

 

“Tengo relación con la familia Azcárraga, fui su agente de ventas de alguna manera durante siete años, y los conozco personalmente. Pero ni se puede hablar de que tengo una amistad ni mucho menos un interés en encubrirlo ni en dejar de encubrirlo. Y repito, si ellos en el pasado en Mexicana hiciero o dejaron de hacer, yo creo que sin entrar en responsabilidades, sí cometieron muchos errores de gestión y cada día que tocamos el tema Mexicana en las oficinas lo vemos, ya sea que cambiaron a unos sistemas que no eran los adecuados (…), pero no puedo entrar a valorar si más allá de los errores, que cualquiera puede cometer de gestión, de llevar una empresa, hay más temas, no me corresponde a mí.

 

–Parece que todo está listo, entregan el dinero, compran las acciones y aparece otra traba. ¿Hasta cuándo usted va a decir muchas gracias?

 

–Yo creo que hemos llegado demasiado lejos en el camino como para abandonar ahora, ahora tenemos que ir hasta el final, y si no sale, pues qué lástima, pero nadie nos podrá decir que no lo hemos intentado. Y si sale, habrá valido la pena el esfuerzo, los malos momentos y los malos ratos que hemos pasado.

 

Pero dice que hay determinadas personas que no están interesadas en que esto suceda.

 

“Vamos a pelear contra ellos, es lo que les puedo decir”.

 

Advierte que sin el certificado de operador aéreo (AOC) ellos no soltarán el dinero. El fideicomiso que automáticamente liberará los fondos para Mexicana caduca en tres meses.

 

Ese es el plazo de su paciencia.