Los calderonistas que hoy gritan como plañideras el ninguneo que sufren por parte del actual presidente, Ricardo Anaya, olvidan que ellos hicieron exactamente lo mismo con los foxistas, cuando el michoacano ocupó la Presidencia de la República.
Calderón impuso como presidentes del PAN a sus cercanísimos Germán Martínez Cáceres (2007-2009), pero renunció después de haber tenido los peores resultados para su partido en la elección federal intermedia precisamente en 2009.
Le sucedió en el cargo otro calderonista recalcitrante, César Nava, que sólo duró un año en el puesto, con más pena que gloria.
Los foxistas fueron desplazados en ambos procesos sucesorios.
El 18 de mayo de 2014, Ernesto Cordero, uno de los principales antagonistas de Anaya y furibundo calderonista, compitió contra Gustavo Madero por la presidencia del PAN, pero perdió en una elección abierta: Madero obtuvo 93 mil 25 votos contra 69 mil 767 sufragios de Cordero.
Hubiera sido el tercer calderonista en ocupar la presidencia del PAN.
El grupo del ex Presidente simplemente está pagando el costo de sus actos internos.
Pero, a diferencia del sexenio pasado, en donde no se escondía el pleito por el control del partido bajo el eufemismo de “democracia partidista’’, ahora se pretenden hacer creer que lo único que busca el grupo del ex mandatario es democratizar la vida del partido.
Ajá.
Se fue Margarita Zavala del PAN, en los momentos en los que aparecía como la más conocida de la baraja blanquiazul en la carrera por la candidatura presidencial.
En redes sociales, Zavala mantiene una muy agresiva campaña de captación de simpatizantes… igual que tenía Josefina Vázquez Mota en el Estado de México.
Vázquez Mota llegó a esa elección encabezando las preferencias en las encuestas y quedó en un nada honroso cuarto lugar, con apenas 11% de la votación efectiva.
Y eso que, a diferencia de Zavala, que no ha ocupado cargos en la administración pública federal, Vázquez Mota fue dos veces miembro del gabinete y candidata presidencial.
Con todos esos blasones, la panista no pudo ganar una carrera que parecía definida.
¿De verdad Zavala tiene para hacer más que Vázquez Mota, por cierto, otra víctima de Calderón?
Como dijo un panista desapasionado: una margarita no hace verano.
Ya veremos.
El gobernador de San Luis Potosí, Juan Manuel Carreras, no da una.
No hace ni dos meses que los más altos funcionarios del Sistema Nacional de Seguridad Pública fueron a capacitar al estado a los encargados de la seguridad para proteger a los periodistas.
El seminario se llevó a cabo en las instalaciones de la Policía Federal, en donde estuvieron reclutados una semana los funcionarios locales para explicarles los mecanismos de protección para periodistas amenazados.
Ya se vio que no aprendieron nada.
El jueves fue secuestrado de su hogar un fotógrafo de 23 años, Edgar Daniel Esqueda Castro, y su cuerpo encontrado muerto un día después, a pesar de que el fallecido denunció dos veces haber recibido amenazas de muerte de policías ministeriales.
Esta semana, San Luis y su gobernador recibirán las visitas, esperamos nada amables, de directores de organismos internacionales dedicados a la protección de periodistas.
A ver si así.
Los que están promoviendo en sus respectivos estados la regularización del servicio de taxis, incluidos Uber y Cabify, deberían echarle un ojo al programa que está impulsando el alcalde de Tijuana, Juan Manuel Gastélum Buenrostro.
El programa contempla el emplacamiento de los taxis ubicados en la línea divisoria hasta llevar un padrón oficial de los choferes de Uber y Cabify, así como un programa de deschatarrización del transporte público.
Échele un ojito.