Cuando Carlos Salinas de Gortari debía decidir el nombre del candidato priista, se inventó una pasarela nada más y nada menos que en la sede de la CTM, propiedad de Fidel Velázquez.

 

Fueron “cinco notables priistas’’ –así se les definió- los que desfilaron para presentar sus propuestas de gobierno.

 

La pasarela, se comprobaría después, fue un ejercicio inútil porque Salinas ya se había decantado por Luis Donaldo Colosio.

 

Pero nadie acusó al entonces Presidente de no haber “abierto el abanico’’.

 

Pues bien, el sábado próximo, en la ciudad de Mazatlán, Sinaloa, volverán a desfilar “cuatro notables priistas’’ en la que se espera sea la primera y, tal vez, última pasarela en la que se vea a los aspirantes presidenciales juntos.

 

José Antonio Meade, Aurelio Nuño, Miguel Osorio Chong y José Narro desfilarán ante los alumnos egresados del Instituto de Capacitación y Desarrollo Político (ICADEP) del PRI.

 

Meade acudirá a esa cita en su papel de doble candidato: a la Presidencia de la República y a la dirección (el cargo es gobernador) del Banco de México.

 

Al actual secretario de Hacienda y a su jefe, el presidente Peña, se les agota el tiempo.

 

Agustín Carstens dejará el Banco de México el último día de este mes; antes el propio Peña deberá enviar al Senado el nombre del sucesor para que la Cámara alta lo avale o corrija.

 

Estamos a poco más de dos semanas para que el plazo se cumpla, y sería un gran riesgo para el país dejar al Banco de México sin titular, aunque sea un día.

 

La gran pregunta es, viendo el desempeño de Meade en la función pública, si el presidente Peña quiere a un eficiente gobernador del Banco Central o a un candidato presidencial que puede no llegar a ganar.

 

Ésa es la cuestión.

 

Si Meade no es propuesto por Peña para el Banco de México, ya puede ir sacando usted sus conclusiones.

 

 

 

Sorpresivamente, el senador del Verde Ecologista, Pablo Escudero, solicitó licencia para separarse indefinidamente de su escaño.

 

La versión que dio el senador –yerno de Manlio Fabio Beltrones- es que se dedicará a sus negocios personales, atender a la familia y a escribir un libro.

 

Puede ser, pero lo que mueve al sospechosismo es el nombre de su suplente, José María Tapia Franco, secretario de Acción Electoral del CEN del PRI desde noviembre del año pasado.

 

Al parecer –y sólo eso-, a los muchachos que acompañaron al presidente del tricolor, Enrique Ochoa, ya les están buscando acomodo, por lo que viene.

 

 

 

José Ramón Enríquez es el presidente municipal de la ciudad de Durango y presidente de la Conferencia Nacional de Municipios de México (CNMM), que representa a los dos mil 446 municipios y 16 delegaciones de la CDMX.

 

Pues bien, el martes pasado, Enríquez, junto con otros 40 alcaldes de Puebla, Durango, Tlaxcala, Veracruz y Michoacán se reunieron para pedir al Frente Ciudadano por México “un proceso abierto para la elección del candidato presidencial’’.

 

Todo bien hasta ahí.

 

Pero donde la puerca torció el rabo fue cuando Enríquez dijo que él apoyaba las aspiraciones presidenciales de Rafael Moreno Valle, lo que generó que la Asociación Nacional de Alcaldes (ANAC), que agrupa sólo a presidentes municipales panistas, saliera a descalificarlo y a desconocerlo como presidente de la CNMM.

 

¿La razón? No les pidió opinión –a los panistas, Enríquez no lo es- para manifestarse a favor de tal o cual candidato.

 

¿Cómo la ve?

 

 

 

caem