EL CAIRO. Un sol, una balanza, un caballo o una escalera son algunos de los símbolos que buscaron ayer en las papeletas electorales millones de votantes en Egipto, donde debido a la alta tasa de analfabetismo prevalece este sistema para identificar a los candidatos.
Ante la incapacidad de cerca de un 40% de la población para leer el nombre de su favorito a la Presidencia, estos disputados iconos están presentes en todos los carteles electorales junto al retrato del candidato para permitir a los iletrados participar en esta histórica cita democrática.
“Yo voy a buscar el águila”, dijo Safaa Ibrahim, de 55 años, mientras esperaba pacientemente su turno para votar en un colegio del popular barrio cairota de Abdin.
Esta mujer se refería al emblema del candidato naserista Hamdin Sabahi, a quien decidió apoyar por insistencia de su hijo, que es “un revolucionario”.
Para Ibrahim, los símbolos son imprescindibles: “Sin ellos necesitaría la ayuda de alguien para rellenar la papeleta, y cualquiera de los seguidores de los otros candidatos podrían intentar engañarme para que votara por el suyo”, agregó.
Estos iconos fueron designados en abril por la Comisión Suprema Electoral Presidencial, que mantuvo para los candidatos de los partidos el emblema de su formación política y ofreció otros nuevos a los aspirantes independientes.
De esta forma, el aspirante del Partido Libertad y Justicia, brazo político de los Hermanos Musulmanes, Mohamed Mursi, luce una balanza, que se ajusta al propio nombre del grupo.
Otro de los favoritos, el ex secretario general de la Liga Árabe Amro Musa, eligió el sol, mientras que el islamista moderado Abdelmoneim Abul Futuh optó por un caballo, y el ex primer ministro Ahmed Shafiq por una escalera de mano.
A algunos no les convencieron las figuras ofrecidas por la Comisión Electoral, por lo que solicitaron otras señas de identidad, como fue el caso de Sabahi, que pidió el águila, o del abogado revolucionario Jaled Ali, que se inclinó por un árbol.
Y es que, sabedores de su importancia, los candidatos no se conforman con cualquier emblema, sino que hacen sus apuestas por uno ganador.
Una pirámide, un coche, un reloj, un paraguas o una estrella son los otros iconos de la contienda electoral, que lucen en los carteles y papeletas electorales.
En las redes sociales, los análisis sobre los símbolos no se hicieron esperar, y los cibernautas concluyeron que el caballo de Abul Futuh cumple la función de conseguir que “Egipto avance rápido”; la balanza de Mursi busca “justicia”, mientras que el águila de Sabahi promete “fortalecer el país”.
Este sistema se instauró en la década de 1950, tras la revolución de los Oficiales Libres que derrocó a la monarquía, y en las últimas elecciones legislativas se repartieron más de 200 emblemas entre los aspirantes independientes.