Oscar Flores Lugo, alcalde de San Buenaventura, Coahuila, acudió en presunto estado de ebriedad a las oficinas de Seguridad Pública municipal para exigir la liberación de sus amigos.
El presidente municipal primero ordenó a los policías que abandonaran las instalaciones: “Yo estoy autorizando que se vayan, el que manda aquí en San Buena, soy yo cabrón”, le dijo el alcalde a uno de los policías que estaba a cargo de los detenidos”.
En la discusión, uno de los policías derribó al alcalde, quien intentó levantarse, pero volvió a caer y solo con la ayuda de otro elemento, logró ponerse de pie.
Pasado el incidente, el presidente mucnicipal reconoció que su actitud no fue la correcta.