Harare.– Emmerson Mnangagwa tomó hoy posesión como nuevo presidente de Zimbabwe, el segundo que tiene el país desde su independencia en 1980, poniendo fin a una crisis política, tras la intervención del ejército que provocó la dimisión de Robert Mugabe.

 

Mnangagwa juró el cargo en el estadio de Harare ante decenas de miles de zimbabuenses y en presencia de varios presidentes de la región, así como el jefe de ejército, general Constantino Chiwenga, y otros altos cargos militares y del partido gobernante, el ZANU-PF.

 

Su juramento ante el presidente del Tribunal Supremo, Luke Malaba, ha sido celebrado con gritos de júbilo por los presentes en el estadio.
“Yo, Emmerson Dambudzo Mnangagwa, juro que como presidente de la República de Zimbabwe seré fiel a Zimbabwe y obedeceré, defenderé y defenderé la constitución y todas las demás leyes de Zimbabwe”, señaló.

 

Entre vítores del público asistente, Mnangagwa prometió que “servirá” al país y a su Constitución, y que fomentará lo que sirva a Zimbabwe para “avanzar” a la vez que luchará contra “lo que le pueda perjudicar”.

 

“Protegeré y promoveré los derechos del pueblo de Zimbabwe, llevaré a cabo mis deberes con toda mi fortaleza y con mis mejores capacidades”, agregó.

 

Posteriormente, le juraron lealtad los altos mandos de las fuerzas de seguridad del Estado.

 

Mnangagwa fungirá como presidente interino mientras se realizan nuevas elecciones el próximo año y se espera que se presente a los comicios.

 

Conocido como “El cocodrilo” por su astucia política y longevidad, Mnangagwa huyó del país después de que Mugabe lo despidió a principios de este mes, un despido que desencadenó la agitación política y un aparente golpe militar en Harare.

 

Mnangagwa regresó a Zimbabwe el miércoles pasado, un día después de la renuncia de Mugabe, y prometió llevar al país a una nueva era de democracia y reconstruir la economía que “se pudrió bajo las garras de hierro de Mugabe durante décadas”.

 

Pero los críticos han cuestionado si el nuevo líder, que se cree estuvo detrás de algunas de las políticas más despiadadas de Mugabe, puede llevar a cabo reformas y devolver las libertades civiles a un pueblo que ha sido oprimido por tanto tiempo.

 

Mnangagwa fue la mano derecha de Mugabe durante décadas y muchos zimbabuenses aseguran que representa el status quo.

 

Mientras trabajaba con Mugabe, quien gobernó durante 37 años, encabezó la temida agencia de inteligencia, así como los ministerios de Defensa y Justicia durante tiempos de opresión y brutalidad estatal, y está manchada por las acusaciones de su participación en las masacres de Matebeleland en la década de 1980.

 

El veterano líder, de 93 años de edad, pasará a retiro en Zimbabwe junto con su familia tras negociar su salida de la presidencia con el ejército, y cuyo retiro fue a causa de querer postular a su esposa Grace para que lo sustiuyera, provocando una crisis política.

 

fahl