Considerada hoy por hoy como una de las escritoras mexicanas más importantes del siglo pasado, Elena Garro y su obra pasan por un florecimiento, luego de mucho tiempo en el olvido, así lo evidenció el cúmulo de actividades que el año pasado se realizaron en el centenario de su nacimiento, ocurrido el 11 de diciembre de 1916.
Puebla la vio nacer como una niña hiperactiva y alegre, que viajó a la capital mexicana cuando decidió estudiar literatura en la Universidad Nacional Autónoma de México, etapa que marcó su vida, pues ahí conoció a Octavio Paz, con quien se casó y procreó a su hija Helena Paz Garro.
Garro fue guionista, periodista, dramaturga, cuentista y novelista, relacionada con el realismo mágico, aunque no le interesaba ser etiquetada con lo que consideraba mercadotecnia pura.
Separada de Paz desde 1959, se sabe que vivió varias lenguas ya que vivió varios años en Europa antes de volver a México en 1963, graduada por la Universidad de París.
De acuerdo con sus biógrafos, su debacle vino tras el Movimiento Estadiantil del 68, cuando fustigó a intelectuales de abandonarlos a su suerte, que propiciaron el rechazo de la comunidad intelectual mexicana de la época, lo que la llevó al exilio, primero en Estados Unidos, luego en España y Francia, durante 20 años.
De regreso a México se instaló en Cuernavaca, Morelos, donde murió en la indigencia a consecuencia de cáncer de pulmón, el 22 de agosto de 1998.
A lo largo de su vida s ele reconoció con premios como el Xavier Villaurrutia, en 1963, por “Los recuerdos del porvenir”, el Grijalbo en 1961, por “Testimonios sobre Mariana”, el Bellas Artes de Narrativa Colima para obra Publicada en 1996, y el Sor Juana Inés de la Cruz, en 1996.
Patricia Rosas Lopategui, su biógrafa, se ha encargado de mantener vivo su legado y lo prolífico de su obra, y con sus escritos, de pugnar por la revaloración de esta autora, a quien hoy se considera la mejor luego de Sor Juana.
“El asesinato de Elena Garro” es la obra en tres tomos que recoge esos esfuerzos de Lopategui por mantener a Garro en la memoria de los mexicanos, a cuya cruzada se ha sumado recientemente el escritor Geney Beltrán, con una antología que recupera las etapas narrativas menos conocidas de la autora.
aarl