En el mapa global de un mundo cada vez más convulso, vale la pena localizar el lugar que dan a México las distintas empresas especializadas a nivel mundial en el análisis de riesgo político y cuáles resultan ser los factores más relevantes de esta evaluación.

 

En el caso del Mapa de riesgo político 2011 de Aon Risk Solutions (aon.com), en el que se pone bajo la lupa a 211 países, México estaría ubicado en un nivel de riesgo político medio/bajo debido principalmente a la presencia de dos indicadores: la violencia política (sabotaje, disturbios, conflictos civiles y terrorismo) y la vulnerabilidad de la cadena de suministro. Condiciones parecidas se presentan también en países como Brasil, Marruecos, Sudáfrica, India, Polonia, Rumania y la República de Corea.

 

Este mapa de riesgo político analiza siete indicadores distintos:

 

ñGuerra o amenaza de un conflicto armado a nivel internacional, guerra civil o movimiento de insurrección, situación que actualmente afecta a 34 países en el mundo.

 

ñControl sobre transferencias de divisas, lo que dificulta pagos y operaciones comerciales, presente en 76 países.

 

ñViolencia política por actos relacionados con sabotaje, disturbios, conflictos civiles y terrorismo, circunstancia que se puede encontrar en 111 países.

 

ñProblemas de pago de deuda soberana que abruma a 88 estados, siendo éste uno de los indicadores que mayor incidencia ha tenido en la calificación global de riesgo.

 

ñLas características del sistema legal y regulatorio que daña la viabilidad de 104 naciones.

 

ñLa interferencia política que se vincula a la posibilidad de que los gobiernos lleven a cabo expropiaciones o nacionalizaciones de activos de inversionistas, situación en la que se encuentran 88 estados en el mundo.

 

ñVulnerabilidad de la cadena de suministro que afecta todas las posibilidades de comercio internacional y que se hace presente en casi todos los países de Europa del Este, en los de Medio Oriente, Asia, América del Sur y México.

 

De acuerdo a la combinación de estos siete factores se genera una clasificación con cinco niveles de riesgo político: bajo, medio/bajo, medio, medio/alto, alto y muy alto.

 

Entre los países con más bajo riesgo se encuentran Estados Unidos, Canadá, Chile, Inglaterra, Alemania y Australia; entre los que presentan mayor riesgo están la República Democrática del Congo, Irán, Iraq, Sudán y Venezuela.

 

Recientemente la agencia crediticia Standard & Poor’s calificó a la baja la clasificación de la deuda a largo plazo de este país a “B+” desde “BB-” considerando indicadores basados en el riesgo político, claro ejemplo de la importancia que estos factores tienen para la vida económica de un país y para su productividad.

 

Roberto Sifon Arévalo, analista de la empresa, señala en un reporte que los “cambios y leyes arbitrarias, controles cambiarios en los precios y otras medidas económicas distorsionadoras e impredecibles han socavado la inversión del sector privado y perjudicado a la productividad -debilitando la economía de Venezuela”. (El Mundo, agosto 19, 2011).

 

Por su parte, Pricewaterhouse Coopersconjuntamente con Eurasia Group (eurasiagroup.net), una de las empresas líderes en el mundo dedicadas al análisis del riesgo político, dan seguimiento y evalúan el entorno empresarial de manera global periódicamente.

 

El Informe Eurasia Group Global Trends Quarterly del cuarto trimestre de 2010 (PWC – Eurasia, Fourth Quarter 2010) señala que los BRIC (Brasil, Rusia, India y China) son el foco de atención de las empresas trasnacionales por el tamaño de sus economías, sin embargo, existen otros mercados emergentes en países que tienen economías que crecen de manera importante y, por las características de su población, representan también un mercado atractivo, países como Egipto, México, Indonesia, Polonia, Sudáfrica, Turquía, Tailandia y Vietnam, se encuentran en esta situación.

 

Cada uno de estos países presenta diversas oportunidades y riesgos a partir de las condiciones particulares de su desarrollo histórico, sistema político, prioridades gubernamentales y dinámica regional, por lo que los inversionistas deben buscar más allá de los BRIC y centrar su atención en otros mercados.

 

Sin embargo, ese posible interés en economías como la nuestra se ve opacado por la situación socio-política por la que atraviesa México, un factor que sin duda disminuye el interés de los inversionistas y significa un freno para la actividad productiva. Llama fuertemente la atención que en su reporte anual sobre los riesgos más relevantes a nivel global, Eurasia Group dedique el número 9 de 11 a México. En el informe Top Risks 2011publicado en enero del presente año, la empresa anunciaba que 2011 sería un año muy difícil para el país. Si bien no puede considerarse a México como un estado fallido, se mantendrán condiciones difíciles en el norte y oeste del país, donde la escalada de violencia ha creado una crisis de gobernabilidad. Según el reporte mencionado, las autoridades mexicanas no logran romper plenamente la actuación de los cárteles de la droga ni instaurar condiciones para la restaurar el orden. Desde principios del año la empresa preveía ya un aumento en la violencia, que incluiría intentos de asesinato contra funcionarios del gobierno -nacionales o extranjeros- o bien de empresarios, situación que podría afectar de manera negativa la confianza de los inversionistas.

 

Hasta ahora este escenario no ha hecho sino confirmarse.

 

El análisis de Eurasia hace ver que las acciones militares y de la policía federal que en 2010 llevan a la detención de miembros de los grupos delictivos así como incautación de drogas, dinero y armas incrementa la ofensiva del crimen organizado.

 

Actualmente, una vez que estas consecuencias se han cristalizado y resultan evidentes, no hay aún intenciones de repensar la estrategia. La pulverización de la dirección de los cárteles aumenta la probabilidad de conflictos armados al interior y entre las organizaciones, los sobrevivientes se protegen a la sombra de complicidad de autoridades municipales, estatales y federales de seguridad, lo que involucra también un mayor riesgo para los funcionarios locales. A ello se suma, según el análisis del documento, la constante demanda de droga por parte de Estados Unidos y el aumento en el consumo en México, ambos factores que llevan a la supervivencia y creación de nuevas células de narcotraficantes que compiten para ocupar un lugar en el mundo del narcotráfico.

 

Se considera además que el gobierno de Calderón enfrenta un debilitamiento en el consenso político y social respecto de la manera en que está enfrentando la violencia y el narcotráfico, lo cual puede erosionar la confianza de los inversionistas con consecuencias negativas para la economía mexicana.

 

Resulta importante poner en la mira un estudio que, al utilizar herramientas de análisis cuantitativo y cualitativo, pudo armar una serie de escenarios para nuestro país que desafortunadamente no han estado lejos de cumplirse.

 

Será interesante observar si el análisis del año siguiente, a sólo dos meses de su publicación, contemplará una vez más a México como un país cuyo riesgo político va en ascendencia. Al escenario trazado por los analistas de Eurasia habrá que añadir las próximas elecciones, un factor determinante para la estabilidad y gobernabilidad de nuestro país. La situación imperante, ahora con el proceso de Michoacán por decidirse, no resulta un buen augurio. Será de vital importancia que incorporemos estas perspectivas de análisis para comprender mejor el entorno cambiante su vulnerabilidad y los focos rojos que han de mantener nuestra atención despierta.