El peso recuperó la mayoría de las pérdidas registradas la semana previa, debido a la conclusión de la séptima ronda de renegociación del TLCAN, y por la exclusión de México y Canadá de la imposición de aranceles por parte de Estados Unidos a las importaciones de acero y aluminio.
Banco Base expuso que la moneda mexicana cerró la semana con una apreciación de 0.97 por ciento o 18.2 centavos, al cotizarse alrededor de 18.64 pesos por dólar.
Aun cuando en la séptima ronda de renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) no se lograron avances en materia de reglas de origen oficiales de los tres países acordaron seguir colaborando para concluir las pláticas en los próximos meses.
Destacó que el representante de Comercio de Estados Unidos, Robert Lighthizer, evitó un lenguaje proteccionista al cierre de la ronda, al decir que la mayoría de los avances en este tipo de negociaciones se logran en las últimas reuniones.
Asimismo, el vecino país del norte hizo oficial la imposición de aranceles a las importaciones de acero y aluminio, con la excepción de México y Canadá, con el argumento de que es prioridad concluir la renegociación, donde se abordará si las importaciones de acero y aluminio de estos países representan un riesgo para su seguridad nacional.
Por tal motivo, el tipo de cambio tocó un mínimo de 18.50 pesos por dólar, pero durante el viernes la paridad regresó a niveles por arriba de 18.60 pesos por dólar al elevarse la demanda por coberturas contra una probable depreciación del peso.
La entidad financiera expuso que falta ver que Estados Unidos determine qué otros países pueden estar exentos de los aranceles que entrarán en vigor a partir del 23 de marzo, por lo que no desaparece el riesgo de represalias que puedan llevar a una guerra comercial.
Por otra parte, el mandatario estadunidense accedió a sostener una reunión con el líder de Corea del Norte, Kim Jong-Un, posiblemente en mayo, luego de que el régimen norcoreano accediera a frenar las pruebas con misiles y armamento nuclear.
La posibilidad de un enfriamiento de las tensiones geopolíticas entre Corea del Norte y Estados Unidos llevó a una menor demanda por divisas refugio y una recuperación para las monedas de economías emergentes.
TFA