Investigadores desarrollaron un sensor que se coloca en el diente y monitoriza los fluidos ingeridos para después transmitir la información de forma inalámbrica, con el objetivo de obtener niveles de glucosa, sal o alcohol.
El dispositivo, de dos por dos milímetros (mm), vigilará en tiempo real lo que ocurre dentro y alrededor del cuerpo, con fines médicos para hacer estudios clínicos de seguimiento.
De acuerdo con un estudio realizado por investigadores de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Tufts, en Estados Unidos, el sensor se pega a un diente y se comunica de forma inalámbrica con un dispositivo móvil, lo que permite transmitir de forma inmediata información sobre lo que consume la persona que lo lleva.
La investigación, publicada en la revista “Advanced Materials”, muestra cómo futuras adaptaciones de estos sensores podrían permitir la detección y el registro de una amplia gama de nutrientes, sustancias químicas y estados fisiológicos.
Los dispositivos portátiles anteriores para medir la ingesta dietética sufrían limitaciones tales como: el uso de un protector bucal, un cableado voluminoso o la necesidad de un reemplazo frecuente a medida que los sensores se degradaban de forma rápida.
Por lo que los ingenieros buscaron una tecnología más adoptable y desarrollaron un sensor con una huella simple de dos mm de ancho por dos mm de alto que se puede adaptar y unir de manera flexible a la superficie irregular de un diente.
De igual manera a la forma en que se recauda un peaje en una carretera, los sensores transmiten sus datos de forma inalámbrica en respuesta a una señal de radiofrecuencia entrante.
El profesor de la institución, Frank C. Doble señaló que han extendido la tecnología común de identificación por radiofrecuencia (RFID) a un paquete de sensores que puede leer y transmitir dinámicamente información sobre su entorno.
Los sensores están formados por tres capas intercaladas: una central bioreactiva, que absorbe el nutriente u otros químicos que se detectarán, y las capas externas que consisten en dos anillos de oro de forma cuadrada.
Juntas, las tres capas actúan como una pequeña antena, que recoge y transmite ondas en el espectro de radiofrecuencia; además, el sensor cambia su color.
DPC