En un México hastiado del aumento de la violencia, la inseguridad y la corrupción, los cuatro candidatos a la Presidencia, dos en mítines y dos a través de redes sociales, iniciaron ayer oficialmente la contienda por conquistar a un electorado escéptico con miras a la votación del 1 de julio.
Tras una precampaña saturada de ataques, acusaciones y limitadas propuestas, los cuatros aspirantes buscan conducir al país en el sexenio 2018-2024, con enormes retos para quien resulte ganador.
Este viernes, el periódico Reforma publicó como tema principal que a ocho meses de que termine el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, el número de homicidios dolosos en México “prácticamente iguala” al que hubo durante toda la gestión de su antecesor, Felipe Calderón (2006-2012).
La publicación indicó que durante la gestión de Calderón se registraron 102.859 asesinatos, mientras que en la de Peña Nieto se han contabilizado 102.327, según estadísticas del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
Respuestas y soluciones para contener la violencia, la inseguridad, el narcotráfico, la corrupción, así como propuestas en temas puntuales como salud, educación, trabajo y asuntos sociales, entre otros, son esperadas por los potenciales votantes.
El izquierdista Andrés Manuel López Obrador, o AMLO como se le conoce, un recalcitrante opositor y crítico del Gobierno, parte como favorito en la intención del voto en unos comicios en que el aspirante oficialista, José Antonio Meade, arranca en tercera posición.
En tanto, el conservador Anaya entra a la recta final de la contienda en segundo lugar de las preferencias.
Los equipos de Anaya y Meade se han enfrascado desde diciembre en una guerra de acusaciones de corrupción sin pruebas, lo que ha permitido a López Obrador mantenerse como primero en las encuestas, que muestran una proporción de indecisos de entre el 20 y 28 %.
En los primeros minutos del viernes, fecha oficial de inicio de las campañas (cerrarán el 27 de junio), Anaya, de la coalición “Por México al Frente” que integran los partidos Acción Nacional (PAN), de la Revolución Democrática (PRD) y Movimiento Ciudadano, y Margarita Zavala, esposa del expresidente Calderón y candidata independiente, encabezaron sendos actos en la capital.
“Vamos a lograr la Presidencia y lograremos lo que parece imposible: derrotar la maquinaria de los partidos”, declaró Zavala.
Anaya estableció como puntos centrales de su campaña el combate a la corrupción, la violencia y la inseguridad, y se comprometió a buscar soluciones para terminar con la desigualdad.
Meade y López Obrador emitieron mensajes en sus redes sociales para informar que guardarían respeto por las celebraciones de Semana Santa, e iniciarán sus actividades este domingo 1 de abril.
López Obrador, candidato la coalición “Juntos Haremos Historia”, que integran el Movimiento Regeneración Nacional (Morena) y los partidos del Trabajo y Encuentro Social, arrancará su campaña en Ciudad Juárez, estado norteño de Chihuahua.
A su vez Meade, líder de la coalición “Todos por México” que componen los partidos Revolucionario Institucional (PRI), Verde Ecologista Mexicano (PVEM) y Nueva Alianza, emprenderá su camino cuesta arriba en Mérida, Yucatán (sureste).
Las elecciones del 1 de julio se perfilan como las más grandes de la historia de México, tanto por el número de cargos en disputa (3.404) como por la cifra de votantes (88,3 millones) y su estratosférico costo financiero, situado en alrededor de 1.217 millones de dólares.
Es el presupuesto más grande de la historia solicitado por el Instituto Nacional Electoral para la organización de los comicios.
Los votantes perfilarán ese día al México de la tercera década del siglo XXI al elegir el presidente para el periodo 2018-2024, a 500 diputados y a 128 senadores del Congreso.
Además serán elegidos gobernadores en nueve estados, congresos estatales, y presidencias y concejos municipales en 30 de los 32 estados del país.
ot