Pese a que Los Cabos, uno de los enclaves turísticos más populares de México, fue señalado como la urbe más violenta del mundo en 2017, los “spring breakers”, estudiantes vacacionistas principalmente de Canadá y Estados Unidos, abarrotan este balneario del estado de Baja California Sur.
“La seguridad es muy buena aquí”, dijo hoy un padre de familia entrevistado por Efe. “Me siento seguro en Los Cabos, absolutamente. Yo he estado muchas veces aquí con mi esposa y mis hijos y no hemos tenido problema alguno”, aseguró otro.
A su vez unas jóvenes señalaron que el hecho de ver tanta gente alrededor les daba confianza y seguridad.
A principios de marzo el Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal indicó que “con una tasa de 111,33 homicidios por cada 100 mil habitantes, en 2017 Los Cabos (en el noroeste de México) fue la ciudad más violenta del mundo e ingresó por primera vez al ránking” que elabora anualmente esa ONG.
Durante las últimas décadas, el balneario se ha posicionado como uno de los referentes más importantes de México en el mundo cuando de lugares turísticos se habla, y junto con Cancún, en el Caribe, es un sitio privilegiado.
Y a juzgar por la cantidad de turistas nacionales y extranjeros que llegan por miles diariamente a sus playas, la etiqueta de violencia no ha hecho mella en su atractivo.
El periodo de llegada de los estudiantes vacacionistas, reconocidos por su extrovertido comportamiento y sus fiestas interminables, va de la última semana de febrero a la primera de abril, donde ocurre el famoso “Spring Break”, descanso o vacaciones de primavera.
Según estimaciones de las autoridades, en los últimos 10 días de marzo, el puerto esperaba el arribo de 11 cruceros con más de 3 mil pasajeros cada uno.
El delegado de la Secretaría federal de Gobernación (Interior) en Baja California Sur, Ricardo Millán, explicó que como parte del operativo de seguridad de Semana Santa, entre el 26 de marzo y el 1 de abril, unos 700 miembros de las fuerzas federales vigilan y resguardan la seguridad de los visitantes.
La ocupación hotelera superior a 90 %, los llenos en las discotecas, bares, restaurantes y playas de Los Cabos, además de las oleadas de visitantes llegando en avión o barco, contrastan con la etiqueta de la “ciudad más violenta del mundo”.
fahl