El peso pasó en tres patadas de 18 a 19 por dólar, pero no tiene que ver todavía con factores electorales. Simplemente los que nadan como tiburones en el estanque cambiario vieron que había llegado el momento de hacer ganancias vendiendo pesos. Especulación de mercado, pues.
Pero que quede claro que la amenaza electoral está presente y pende sobre la salud de los mercados, y el escenario más probable hoy es que conforme se acerque el día de la elección se habrá de incrementar.
Lo que debe quedar claro es que la elección no está determinada, no hay ningún resultado garantizado. Pero lo que calculan los expertos en economía es que gane o pierda Andrés Manuel López Obrador, habrá inestabilidad inicial en los mercados.
Si gana López, la película de terror se cuenta sola. Pero si su derrota es por un margen estrecho, lo que se anticipa es que suelte el tigre de la no aceptación del resultado. Ambos escenarios tienen impacto directo en el tipo de cambio, en la bolsa de valores, en el mercado de dinero y demás.
El único margen que tienen los mercados para reaccionar con euforia y tener una apreciación importante del peso frente al dólar corre por el escenario de una derrota holgada de López Obrador o por la casi imposible posibilidad de que este candidato aceptara su derrota.
En el otro lado, en el escenario del triunfo de López Obrador, el grupo Citibanamex prevé un shock económico inicial. No porque haya una animadversión en contra de la persona, sino porque el propio Andrés Manuel López Obrador ha delineado las medidas económicas que tomaría, y todas abonan a una crisis previsible.
Sus opositores le llaman el “espanta-inversiones”. Los analistas no llegan a tanto, pero sí advierten que habría una indisciplina fiscal importante, un incremento de la deuda del gobierno y un bloqueo a las reformas estructurales en marcha.
Son matemáticas. Y la suma de todo lo que pretende gastar en sus planes de inversión, subsidios y regalos, menos lo que imagina que va a agregar al ingreso por el supuesto ahorro de combatir la corrupción, da como resultado una inevitable crisis económica.
¿Quién ha pagado las crisis en este país? Sin duda las grandes empresas, no hay duda que los dueños de los bancos, claro que los capitales extranjeros. Pero, sobre todo, la gente. Y dentro de la población general, los que menos tienen son los primeros en sucumbir a estas malas decisiones gubernamentales.
La firma calificadora Moody’s advierte un choque brutal con esa posible victoria, con todo y advertencia de afectación en la calificación crediticia. No son pocos los organismos financieros internacionales que se mantienen en el terreno de lo políticamente correcto y sólo advierten los peligros del populismo en la región.
Las posibilidades de un choque económico-financiero no dependen de la persona, del candidato, sino de las políticas que asuma. Vale la pena escuchar las advertencias a tiempo de los que conocen del tema antes de que una cascada de malas decisiones nos lleve a una crisis.