Un mensaje lanzado públicamente no ha tenido respuesta de parte de quienes aspiran a la Presidencia de la República que siguen anunciando promesas imposibles.
En su territorio de sus sueños dejan en evidencia que su único objetivo es enterrar políticamente a quien pueden arrebatarle el triunfo.
Dicen que recogen las demandas, pero las decisiones que toman son al margen de todos y sin previo aviso.
Miles de votantes se sienten abandonados por los partidos y sus candidatos.
Una cosa es la campaña y otra gobernar.
En este preciso instante la realidad es:
“México vive una situación en la cual, en términos de movilidad social, los dados están cargados desde el nacimiento.
“Los pobres seguirán en pobreza y los ricos, en la riqueza.
“Siete de cada 10 mexicanos que nacen en las familias de menores ingresos no lograrán salir de la pobreza a lo largo de su vida.
“Nueve de cada 10 mexicanos que nacen en familias que se ubican en la parte más alta del ingreso nunca caerán al nivel intermedio y, de entre ellos, ocho nunca se ubicarán en un rango menor de ingreso al que tenían sus familias cuando nacieron.
“Siete de cada 10 personas que nacen pobres morirán pobres.
“La posición social se transmite de padres a hijos con una frecuencia importante entre quienes se encuentran tanto en la base como en la parte más alta de la pirámide socioeconómica.
“En esta dinámica de baja movilidad social, México sobresale, en este caso para mal, a escala internacional”.
Es información del reciente trabajo realizado y presentado por el Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY).
Datos y cifras suficientemente explicativas y por desgracia generadoras de desencanto y reclamo unánime.
Estos niveles de desigualdad en Mexico están entre los más altos del mundo.
Bien harían los candidatos en incluir en sus programas económicos electorales estos desafíos que son inmediatos y están sobre la mesa.
Éste es un aviso a tiempo, 53 millones de mexicanos, que representan 43% de la población, viven en pobreza y pueden hacerlos sufrir una dura derrota política.
Milonga: cifras de la Secretaría de Hacienda y la Comisión Reguladora de Energía indican que el impuesto a la gasolina en México representa 30% del precio final. Cuando cargamos gasolina pagamos cuatro impuestos por cada litro: 1. Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS), éste federal, determinado por la Secretaría de Hacienda, y cambia cada semana. 2. IEPS estatal se fija anualmente, de acuerdo a la inflación, y se destina al gasto público de los estados. 3. Impuesto especial por emisiones CO2, y tiene como propósito desalentar el uso de combustibles fósiles. 4. IVA de 16%, y se aplica al precio final. Este año, la Secretaría de Hacienda prevé recaudar más de 258 mil millones de pesos por IEPS a combustibles automotrices; esto es 19% más que en 2017.
Estamos cansados de que nos tomen el pelo, y por eso se exige a los candidatos asumir sus responsabilidades políticas y sus promesas. ¿Algún candidato hoy y Presidente mañana estaría dispuesto a dejar de recibir esta millonada?
jfcastaneda9@hotmail.com