La tensión en Medio Oriente siempre ha existido. No es algo coyuntural, es estructural; pero incluso antes de la propia creación del Estado de Israel.
Europa, como de costumbre, fue el primero en poner el dedo en la llaga. Tras la Primera Guerra Mundial y a través de los acuerdos de Sykes-Picot, el mapa de Medio Oriente cambió al antojo de las potencias europeas más importantes, sobre todo Francia y Gran Bretaña.
Sus dirigentes cometieron el error histórico de repartirse el mapa de Medio Oriente en función de los intereses petrolíferos, gasísticos y territoriales. Con escuadra y cartabón se dividieron el botín creando los gérmenes originarios de los problemas de Medio Oriente.
Tras la política altanera y hegemónica del Presidente estadounidense, Donaldo Trump, de romper el acuerdo nuclear con Irán, pareciera que ha habido una mayor tensión y una escalada de violencia en Medio Oriente. Pero es más el espejismo que la realidad.
Israel ha bombardeado posiciones en Siria, pero no es algo nuevo. Parece una noticia mayor por la airada salida de Trump del concierto con Irán que ha dejado boquiabierto a medio planeta. El hecho de que hayan coincidido ambas noticias no es más que eso, una coincidencia.
Israel lleva golpeando al Líbano, Siria y más ocasionalmente a Irán desde hace mucho tiempo. ¿Por qué? Irán, enemigo acérrimo del Estado Hebreo, manda a miembros de la Guardia Revolucionaria a Siria, pero especialmente envía armas a través de Siria hacia Líbano. No olvidemos que es Irán el principal protector del grupo terrorista chiita Hezbolá.
Los terroristas de Hezbolá almacenan y “esconden” las armas en lugares que intentan que sean indetectables para los judíos. Pero a estas alturas del partido saben que tanto los servicios secretos israelíes, el Mossad, como sus satélites son extraordinariamente eficaces. Por eso saben los israelíes dónde esconden los terroristas las armas.
Hezbolá ha intentado todo; las ha guardado en colegios, en hospitales. Por eso los bombardeos israelíes han causado numerosas bajas en civiles inocentes que no tienen nada que ver en la guerra. Sin embargo, también es cierto que siempre que ha ocurrido este tipo de bombardeos, antes de cometerlos les avisan para que desalojen esos puntos.
También esconden el armamento en casas particulares con ventanas ciegas para que no pueda verse lo que se resguarda en su interior. Pero ha dado igual. Es muy difícil que a Israel se le escape algún arma enemiga que intente golpear al Estado Hebreo.
Pero algo más. Israel está cercado por sus enemigos. Sus vecinos son sus enemigos y los vecinos de sus vecinos también sienten aversión hacia Israel. Del otro lado no tiene más que el mar Mediterráneo. Por eso, a pesar de ser un pequeño país en extensión, no lo es desde el punto de vista estratégico-militar.
El propio primer ministro, Benjamin Netanyahu, ha sido el único que ha expresado su satisfacción al conocer la noticia de que Trump iba a cometer de nuevo sanciones económicas contra Irán. También se congratuló de que la embajada de EU se inaugurara ayer en Jerusalén. Por eso Donaldo Trump, el vehemente e impulsivo Donaldo Trump es un héroe en Israel.
Claro que la tensión aumenta, y lo hace también por la escalada del precio del barril. Lo lógico es que el precio del petróleo suba porque hay escasez. Pero no obedece a esto, sino al temor de esas sanciones que impone Donaldo Trump a Irán.