“Exijo justicia, que se esclarezca la muerte de mi hijo… No tengo más palabras”, exclamó Ignacio Gózales, padre de Héctor González, el corresponsal de Grupo Imagen asesinado el martes pasado en Ciudad Victoria, Tamaulipas.
Este jueves, el cuerpo del periodista fue trasladado desde aquella entidad a una agencia funeraria de la Ciudad de México, ubicada en la colonia San Rafael, donde fue velado en compañía de amigos, colegas y familiares, entre ellos una de sus hijas, quien junto con sus abuelos acompañó en todo momento el féretro.
El sepelio duró tres horas y luego el ataúd de Héctor fue trasladado en una carroza fúnebre, que fue custodiada por siete automóviles, en los que viajaban su pareja sentimental y dos de sus hijos, rumbo al panteón Jardín Guadalupano, en Ecatepec, Estado de México.
Ahí, un centenar de personas se dieron cita para despedir al reportero, quien la noche del lunes salió de la casa de su pareja hacia su domicilio, pero nunca llegó; su cuerpo fue encontrado al día siguiente (martes) en una zona rural de Ciudad Victoria, con signos de tortura.
Cuando la comitiva llegó al mausoleo, el cuerpo del periodista fue recibido entre aplausos y lágrimas, que externaron familiares y amigos que lo conocieron en su infancia, ya que vivió hasta los 20 años en dicha localidad, antes de migrar a trabajar a Tamaulipas, en donde laboró por más de 18 años en diferentes medios de comunicación. “Adiós papito, te juro que voy a cuidar a mis hermanos…. No me hubieras dejado… Por qué no te aferraste a la vida… Te amo”, declaró entre lagrimas la hija mayor de Héctor, mientras el ataúd de su padre descendía a la fosa en la cual descansarán sus restos mortales.
La última persona en despedirse de Héctor fue su madre, Reyna Antonio, quien no pudo contener su dolor, por lo que se hincó y rompió a llorar sobre la tumba de su hijo.
6 periodistas
asesinados en lo que va de 2018
JNO