MOSCÚ.- Las Colinas de los Gorriones de Moscú, el mirador desde el que se abren espectaculares vistas de la capital rusa, es el privilegiado escenario de la gran fiesta que es el Festival de Aficionados de la FIFA inaugurado este domingo.
Cuando el balón eche a rodar sobre el césped del estadio Luzhinkí el próximo jueves en el partido inaugural entre Rusia y Arabia Saudí, las pantallas gigantes de esa “fan zona” se encenderán para no volver a apagarse hasta que se proclame al nuevo campeón del mundo.
Desplegada en uno de los puntos más altos de la ciudad -frente a la Universidad Estatal de Moscú (MGU, en sus siglas en ruso), y con capacidad para al menos 25.000 personas- es desde hoy y hasta el próximo 15 de julio el kilómetro cero para la hinchada del Mundial.
Aún no han llegado a Rusia la mayoría de los aficionados extranjeros, pero esta tarde miles de personas, la inmensa mayoría chicos y chicas muy jóvenes, inundaron el recinto para escuchar a sus grupos favoritos en el gran concierto inaugural.
Pero el colofón de la apertura llegó con la entrada en escena de la Copa del Mundo, levantada sobre las cabezas de la multitud por Marcel Desailly, campeón del Mundo y de Europa con Francia.
“Viendo toda la gente que hay hoy aquí, a los que se sumarán muchos más que van a llegar estos días aquí, estoy seguro de que el Mundial de Rusia será algo extraordinario”, dijo emocionado el exjugador francés.
A su lado, Alexandr Kerzhakov, máximo goleador en la historia de la selección rusa, destacó el momento que vive su país.
“Estos son tiempos felices, porque el Mundial ha llegado a Rusia. Es algo extraordinario, porque es el acontecimiento futbolístico más importante del mundo”, dijo el exdelantero ruso, que jugó una temporada en el Sevilla.
El Festival se estrenará la próxima semana en todas las sedes del Mundial, y todas ofrecerán a sus invitados conciertos, juegos, zonas infantiles, puestos de comida, tiendas de regalos y de productos oficiales del Mundial.
En la Colina de los Gorriones, la tienda oficial de la FIFA ocupa una carpa que impresiona por su tamaño, y en ella se pueden comprar desde pegatinas y llaveros del Mundial, hasta las equipaciones de todas las selecciones que participan en este, sin olvidar los muñecos del lobo Zabivaka, la mascota del torneo.
A lo largo de todo el torneo, destacados artistas musicales rusos y extranjeros desfilarán por los once escenarios del festival, desplegados en los lugares más señeros y atractivos de cada una de las ciudades que acogerán el Mundial.
En Samara, una de las sedes en el río Volga, la “fan zona” se ha levantado en una de las plazas más grandes de toda Europa, la Kúibishev, que en los días de los partidos podrá acoger hasta 45.000 aficionados.
San Petersburgo, la capital de los zares, acogerá a los hinchas en la histórica plaza Konúshennaya, muy cerca del Museo Hermitage y de la Plaza de los Palacios; mientras que los aficionados que viajen a Sochi, donde se enfrentarán España y Portugal, podrán seguir a sus equipos en la misma orilla del mar Negro.
La instalación de la “fan zona” en las Colinas de los Gorriones no estuvo exenta de polémica por su cercanía al edificio principal de la universidad MGU, en el que se encuentran varias residencias de estudiantes que viven en ellas incluso en los meses de verano.
Algunos se organizaron para exigir la ubicación del festival en otra zona de la ciudad, pero lo único que lograron fue que la “fan zona” se alejara unos cientos de metros del corazón de la Universidad.
Un alumno de primer curso fue detenido y acusado de vandalismo tras pintar “No a la fan zona” en un cartel publicitario dedicado al Mundial, provocando la indignación de compañeros y profesores, pero las autoridades zanjaron el asunto este mismo sábado al cerrar la causa penal contra el joven.
Se espera que un millón de aficionados visiten Moscú a lo largo del mes que durará el torneo, incluidos 400.000 extranjeros, y muchos se acercarán hasta las Colinas de los Gorriones para disfrutar de la vista del río Moscova, los rascacielos de la City, las torres estalinistas conocidas como las “siete hermanas”, o el estadio Luzhnikí en el que se jugará la final.
El primer Festival de Aficionados FIFA se celebró en el Mundial de Alemania 2006, y desde entonces, casi 30 millones de personas han pasado por este evento, que aterriza en Rusia tras cosechar grandes éxitos en Suráfrica y Brasil.
NCG