Muchos sabemos que Acapulco es una de las mejores playas del mundo, para mi gusto un destino de playa completísimo, es de verdad un mega – multidestino, con tremendas cosas que ofrecer, ¿Qué pudiéramos hablar de Acapulco que no se haya dicho antes?, ¿Que fue sin duda el primer destino de clase mundial que México ofreció al mundo hace más de 50 años? ¿Pero?
Mientras hoy otras playas como la Riviera Maya, Los Cabos ó Cancún se roban las cámaras llenas de glamour y conectividad aérea a prácticamente todo el mundo, Acapulco permanece ahí firme y modesto con muchos de sus atractivos intactos listos para su renacer, ansiosos de sus días de gloria.
¿Podrá Acapulco volver por sus fueros? ¿Podrá volver a ser esa bahía glamorosa que recibía al Jet Set mundial? Pues yo creo que por supuesto que sí, claro que hemos oído a una enorme fila gobernantes echarse sus declaraciones de todo lo que necesita el bello puerto para renacer, pero una cosa es lo que han dicho y otra la percepción de la realidad que es muy distinta. Prometer no empobrece, pero en el caso de Acapulco tanta promesa sin cumplir nomás no ayuda.
Podemos medir a Acapulco con un simple indicador para saber en qué status se encuentra en el turismo mundial: el áereo ¿Cuántos vuelos internacionales recibe a la semana? ¿Cuántos de Estados Unidos nuestro principal mercado emisor, o Canadá el segundo emisor, o Europa? En la respuesta encontraremos parte de la realidad del puerto.
Por eso escribo esto consciente de que Acapulco sí necesita más que promoción del destino, necesita un cambio radical desde sus estructuras políticas, económicas y sociales y eso no es fácil, si eso se hace, sería una tarea titánica para una ciudad que anda rondando el millón de habitantes. Si eso se hace, requeriría de muchos esfuerzos para devolverla a sus días de gloria.
A mí si me gustaría ver el renacimiento de Acapulco, creo que a muchos nos gustaría ver el bello puerto repleto de turismo internacional, repleto de festivales como en antaño y lleno de eventos culturales y deportivos por la sencilla razón de que el puerto es el gran abuelo de los destinos de playa de México, es el viejo sabio que aportó su experiencia a sus herederos.
¿Por qué digo que es un mega – multidestino? Muy simple tiene mucho de lo que otras playas no tienen, de entrada su historia, prehispánica y colonial reflejada en un inmueble de nombre “Fuerte de San Diego”, una vieja fortaleza militar construida en 1615 para defender al puerto de los ataques que recibían los galeones españoles que comerciaban con Asia y que llegaban al puerto cargados de mercancías exóticas por más de 250 años. Su historia centenaria es un gran valor, eso lo convierte de facto en un destino cultural, ahí hay una veta turística.
Creo que no hay una sola bahía en México tan ergonómicamente impactante que la de Santa Lucía, una acogedora herradura de 8 kilómetros con un temperatura promedio de 30 C todo el año un clima que definitivamente no lo tiene otra playa de México, te asomas a cualquier terraza de cualquier hotel con vista a la bahía y prácticamente te quedas embobado ante su magnificencia, para mí la bahía está ahí intacta e imponente.
Su folklore acapulqueño también está intacto, la manera de ser de su gente sigue siendo amigable y cálida, su comida más que tradicional, como el pescado a la talla y sus sopecitos siguen ahí también intactos. Las lagunas como Coyuca y Tres Palos siguen ahí como auténticos paraísos botánicos y de fauna silvestre en Pié de la Cuesta, Barra Vieja y Punta Diamante. Y así podríamos llenar varias páginas de atractivos acapulqueños.
En este momento coyuntural de elecciones en México, me gustaría ver cuál de los candidatos en disputa supera la propuesta de Peña Nieto no solo de traer el tianguis turístico a Acapulco cada dos años. Si Anaya, Meade, Obrador ó Rodríguez eventualmente le encuentran la cuadratura al círculo y se echan el trompo de Acapulco a la uña para proponer de una vez por todas un plan de regeneración real y contundente para el rescate del turismo en el puerto de Acapulco, eso estaría muy bueno.
Y a los todos los mexicanos les pediré solo una cosa encarecidamente, no le demos la espalda a Acapulco, más bien todos pongamos un granito de arena y devolvamos al puerto un poquito de lo mucho que nos ha dado prácticamente desde que éramos chamacos.—
Marco Daniel Guzmán Ryu
Comentarista de Turismo Mundial
Marco Daniel Guzmán Ryu
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