Aunque Donald Trump pudiera matizar el decreto de Tolerancia Cero operado desde abril pasado, académicos de la UNAM coincidieron en que el daño está hecho: sobre todo para los dos mil 342 niños que del cinco de mayo al 9 de junio, según cifras oficiales, han sido confinados al encierro en bodegas y/o jaulas metálicas.
“Ésta es una medida que Trump puso en marcha como programa piloto: sacrificar familias por votos, para saber qué tanto beneficio le traería. Al ver que el resultado no es favorable para el proceso electoral de noviembre próximo, matizó su proceder, porque es probable que el Partido Republicano pierda las dos cámaras. Pero esta acción no ocurre porque el mandatario estadounidense sea humanitario, sino porque es completamente pragmático”, consideró Martín Íñiguez Ramos, académico de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS).
Y es que se han intensificado las presiones al interior del Partido Republicano, con posibles secuelas irreversibles en las elecciones de medio término. “Si no tuviera consecuencias en contra de su propio partido, no se echaría para atrás”, expuso Mónica Verea, del Centro de Investigaciones sobre América del Norte (CISAN).
“La actitud de Trump se entiende porque es un white supremacism, y es racista; en una situación que aunque pudiera ajustarse ya es funesta, una tragedia humanitaria de una política desalmada; sin duda han salido del clóset los racistas, que ahora tienen mucho más voluntad de hacerse presentes”, dijo.
Retroceso
Estados Unidos, opinó Martín Íñiguez, tiene un acta de refugio firmada en los años 80, es creador de la ONU, ha signado y ratificado convenios internacionales de protección a los derechos humanos, pero también es un país que históricamente los ha violentado, y no hay un organismo coercitivo a nivel global que lo frene; la única manera de hacerlo es a través del pueblo y el Congreso estadounidenses.
“El riesgo es el retorno a gobiernos autoritarios, totalitarios, autócratas, nacionalistas, y éste no es el único caso en el mundo. Se ha regresado a situaciones que creíamos ya eran historia. La administración Trump tiene todas las características de un gobierno fascista, al que no le importa violentar los derechos humanos”, subrayó.
Los académicos universitarios coincidieron en que el próximo jefe del Poder Ejecutivo en México debe contar con una estrategia integral para no repetir los mismos errores de la administración actual.
La postura pública de nuestro gobierno fue tardía, como siempre, en un lugar como la frontera, en donde desde hace tiempo hay una situación evidentemente álgida, expusieron.
Los investigadores aprovecharon para reiterar su condena a dicha política estadounidense, que ha llegado a extremos de trato criminal, sólo utilizados anteriormente por integrantes del yihadismo islámico.
NCG