Inusual aunque deseable. En México no estamos acostumbrados al debate abierto de posiciones contrarias entre dos funcionarios de alto nivel, por eso llama la atención cuando ocurre.
Es el caso de Guillermo Ortiz y Francisco Gil Díaz, dos prominentes ex secretarios de Hacienda, quienes se han trenzado en un debate público en las páginas del diario Reforma sobre la presencia mayoritaria de la banca extranjera en México y sus efectos sobre la economía.
Ambos son priístas, economistas formados en escuelas de pensamiento con fuerte rivalidad y con una notable influencia en el entorno cercano al candidato priísta Enrique Peña Nieto.
El debate lo inició Guillermo Ortiz con un artículo que publicó en el diario británico Financial Times el 5 de marzo en el que el ex gobernador del Banco de México lanzó un dardo: La banca extranjera asentada en México transfiere a sus matrices grandes cantidades de recursos, vía dividendos por ganancias o vía capital, sin comprometerse con el crecimiento de largo plazo del país, por lo que se requieren implementar medidas para acotar estas acciones.
Las respuestas no se hicieron esperar. El presidente de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, Guillermo Babatz, refutó estos argumentos en una entrevista en la que insistió que era peligroso cuestionar la propiedad de los bancos y mucho menos cambiar las reglas a la inversión. “Si cumplen las reglas, porqué cuestionar qué hacen con sus ganancias”, me dijo Babatz en aquella ocasión.
Días después Eduardo Fernández, quien fuera presidente de la CNBV durante la crisis financiera de 1995, recordó que fue Ortiz quien abrió el sector bancario al capital extranjero. “(Ortiz) era el secretario de Hacienda en ésa época de crisis y le llevó al Presidente Ernesto Zedillo para su firma la iniciativa de ley en la que se decidió acelerar la apertura financiera y eliminar la salvaguarda que protegía, precisamente, que Banamex y Bancomer pasaran a manos de extranjeros”.
Sin embargo la crítica de Guillermo Ortiz a la banca extranjera no cesó, como lo atestiguan las entrevistas que concedió a la prensa en los días previos a la reunión anual de los banqueros.
El lunes 21 de mayo Francisco Gil Díaz publicó un artículo en Reforma en el que criticó duramente los argumentos planteados por Ortiz en el Financial Times y a los que calificó de erróneos, miopes, populistas, provincianos, parciales, incompletos y amnésicos.
Ayer lunes Guillermo Ortiz respondió en Reforma a Gil Díaz a quien llama ‘mi amigo’, pero no deja pasar la oportunidad para señalar lo que considera son las motivaciones que impulsan la respuesta de Gil Díaz: “Como Secretario de Hacienda, Paco fue el artífice de la estructura actual del sistema bancario mexicano (quizá por eso le gustó tanto mi artículo), pues durante su gestión cuatro bancos extranjeros (BBVA, Citi, HSBC y Scotiabank) adquirieron el control de grandes bancos mexicanos. Ya en el sector privado, Paco es hoy consejero de BBVA-Bancomer y capitán en México de Telefónica (en donde BBVA tiene una importante participación accionaria)”, dice Ortiz.
Siempre será deseable el debate de contraste de posiciones en temas relevantes como éste, pero el debate planteado por Ortiz parece más asentado en el terreno del prestigio y la vanidad personal que en el terreno genuino de las políticas públicas.
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