Salir airoso de la primera ronda de un Grand Slam es algo que persiguen todos los jugadores, especialmente los considerados favoritos, como hicieron en Wimbledon los españoles Rafael Nadal y Garbiñe Muguruza, la rumana Simona Halep y el serbio Novak Djokovic.
Para Nadal, el reto de ganar Roland Garros y Wimbledon el mismo año, por tercera vez, y de paso, igualar así con el sueco Bjorg Borg, comenzó con una victoria ante Dudi Sela, por 6-3, 6-3 y 6-2.
Nadal saltó a la pista central, la misma en la que antes Garbiñe Muguruza se había deshecho de la británica Naomi Brady, para imponerse a Sela, de 33 años, y 127 del mundo, en una hora y 50 minutos, y colocarse en la segunda ronda por duodécima vez en su participación 13 en este torneo que ha ganado en dos ocasiones (2008 y 2010) y con el que suma ya 53 intervenciones en el Grand Slam.
Fue la de Nadal una actuación convincente, con una fogonazo de cinco juegos seguidos del 3-3 del primer set al 6-3 y 2-0 en el segundo, y una reacción tras ceder su saque en el primer juego del tercer parcial, y apretar con golpes y movimientos rápidos después para desarbolar a Sela endosándole cuatro juegos consecutivos para cerrar a la tercera bola de partido.
Para Djokovic su triunfo ante Tennys Sandgren, también fue motivo de gozo, y se despidió de los aficionados firmando autógrafos hasta casi justo la bocana de salida. Nole campeón de este torneo en 2011, 2014 y 2015, llegó ilusionado, pero con el amargo sabor de boca de perder la final de Queen’s ante Cilic.
“Es difícil mantener los sentimientos dentro de la pista”, dijop Djokovic, “pero en términos generales he jugado un buen partido, algo difícil siempre en la primera ronda de un Grand Slam”.
Fue un día aciago para Dominic Thiem, finalista en Roland Garros, que tuvo que retirarse por problemas físicos ante Marcos Baghdatis, y para David Goffin, que cedió ante el agresivo juego de Ebden. También cayeron Pablo Carreño y Fernando Verdasco, Jack Sock y Marco Cecchinato.
DPC