El candidato del Movimiento Ciudadano al gobierno de Jalisco, Enrique Alfaro, lanzó un corto animado que narra la historia de Mouseland, Tierra de Ratones, donde un ratoncito con una idea lucha por un mejor gobierno, para acabar con 100 años de malos líderes.
La idea, sin embargo, no es original. Es copia fiel de la propuesta Tommy Douglas distinguido parlamentario socialdemócrata de la provincia de Saskatchewan, Canadá. En 1944, como primer ministro provincial, pronunció un discurso a manera de fábula para criticar irónicamente cómo los partidos, pese a estar muy lejos de las aspiraciones y necesidades de los ciudadanos, seguían siendo votados por ellos.
El memorable discurso de Douglas se llamó “Tierra de Ratones” (Mouseland), una fábula escrita por Clare Gills, amiga de él, y la utilizó muchas veces más para ilustrar cómo los políticos manipulan a los electores, que pertenecen a una sociedad políticamente inmadura y disfuncional, en tanto siguen apoyando a quienes más daño les hacen, que los engañan y los traicionan tantas veces como salen victoriosos de las urnas. Pero también, cómo hay un electorado inconsciente y masoquista, que rehúye y ataca al cambio.
Alfaro, para ilustrar la situación política actual, utiliza no sólo el nombre, sino la trama y la redacción. El principio en ambos casos es el mismo: “Ésta es la historia de un lugar llamado Tierra de Ratones, que era donde todos los pequeños ratones vivían y jugaban, donde nacían y morían…”
La gente votaba por un cambio, sí, pasaba de un gobierno de gatos negros, a otro de gatos blancos. Pidieron otro cambio y regresaron los gatos negros. Claro, en la adaptación de Alfaro, uno de los gatos negros luce un copete, y después aparece otro blanco con manchas negras al que llaman Coalición.
Finalmente aparece un pequeño ratón revolucionario que propone abandonar la historia de gobiernos encabezados por gatos para buscar uno de ratones, como ellos. La idea es tan radical que le cuesta la cárcel.
La fábula con la que Alfaro llama a votar por un cambio es la misma que Douglas explicaba, una y otra vez, en 1944.