La fortaleza de Rafael Nadal se hizo visible ante todos en la Centre Court. El español batalló en cuatro horas y 52 minutos a Juan Martín del Potro y alcanzar su sexta semifinal de Wimbledon. En un partido para el recuerdo, el balear firmó un ejemplo de convencimiento antes de citarse con el serbio Novak Djokovic por una plaza en la final.
El número de la ATP se impuso en un partido de vértigo, con dos jugadores dispuestos a librar una batalla de puro corazón. Los cambios de ritmo de Juan Martín, insistente con el revés cortado y definitivo con la derecha, tuvieron respuesta en el ímpetu de Nadal, con los reflejos afilados desde el primer punto para frenar la propuesta de su adversario.
La primera manga fue un aviso evidente. Español y argentino volaron sobre el césped sin concederse una opción de rotura en los siete primeros juegos, dejando presente la igualdad que coparía el choque.
El español, que ganó el 80% de los puntos con su primer saque, también sacó los dientes en sus últimos dos turnos al resto: primero avisó con 4-3, 15-40 antes de cumplir su amenaza en la devolución con 5-4 cuando Del Potro trataba de forzar el desempate.
En un frenesí repleto de tensión y resbalones por doquier, Nadal puso un extra al encuentro. El golpe asestado en el quinto juego, con un revés cruzado colosal para certificar la rotura (3-2), fue un anticipo del desenlace en Londres. Una batalla fue culminada pero queda la más grande de todas: dos encuentros por delante para soñar con la copa.
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