Polanco es conocida por ser una de las colonias más lujosas de la Ciudad de México, que además de presumir de grades parques y áreas verdes, posee en las fachadas de sus casonas, tiendas y restaurantes la cantera tallada.
Caminar por sus calles es encontrar espacios trazados, pensados y amplios, que muestran lo último de la moda internacional, desde sus restaurantes de comida extranjera hasta las tiendas de autos, relojes y ropa como lo muestra la emblemática avenida de Presidente Masaryk.
Sin embargo, el boom inmobiliario también llegó a la colonia de Álvaro Obregón, donde grandes edificios no solo fueron dedicados a vivienda, sino también para la renta de oficinas que en su interior mantienen a trabajadores como cualquier ciudadano de a pie, que no siempre pueden costear todo lo que hay afuera.
El ejemplo más claro está en los alimentos, ya que acudir a uno de los lugares de la zona equivaldría a gastar una buena parte de la quincena en tan solo un par de visitas, asegura Isela Torres, capturista y recepcionista de una tienda de telas.
“No he entrado, pero sí he visto los menús de los restaurantes. Me acuerdo que hace un año llegué y veía los precios, los más baratos eran de 270 por platillo, eso los más baratos, y de ahí en adelante, de 400 hasta 600 y pues no, definitivamente yo no puedo pagar eso diario”, comentó a Notimex.
La mejor opción para este sector de la población son los restaurantes de comida rápida o los puestos en la calle, sin embargo, éstos no se encuentran fácilmente.
Si se es nuevo en la zona se puede caminar durante muchos minutos sin encontrar un solo puesto de comida callejera, algo que sería fácil en otras zonas de la ciudad, como lo cuenta Daniel Zúñiga, quien trabaja en una empresa de diseño.
“Pues para nosotros los ´godinez´ no es fácil”, confiesa con risas para continuar: “aquí o te traes tu comida o te esperas a la quincena para ir a un lugar más o menos o te decides por las quesadillas o los tacos de canasta que ya están hasta del metro o por la calle de Moliere”.
La misma situación ocurre para algunos de los estudiantes que optaron por estudiar en Polanco, como lo es el caso de Mónica, una joven que acude a la Universidad Mexicana (UNIMEX) y que confiesa que no puede “darse el lujo” de comer en los restaurantes cercanos.
“No siempre a mis compañeros a y mí nos alcanza para comer por aquí, entonces nos esperamos a llegar a nuestras casas o comprar algo rápido en un Oxxo, además a veces vienen unas camionetas que venden tacos de guisado y que se ven bien, se ve limpia la comida, cuestan 20 pesos cada uno, y esos los compramos así como los estudiantes y los godínez”, detalló.
Si bien los puestos de la calle y negocios de comida rápida son escasos en la colonia, pueden observarse algunos en las calles de Moliere, Homero, avenida Ejército Nacional y los espacios más cercanos al metro Polanco.
aarl