Roma.- Organizaciones internacionales del colectivo de etnia gitana protestaron hoy en Roma contra lo que consideran que son políticas persecutorias del Gobierno italiano, tras los últimos desalojos de campamentos de gitanos, y pidieron programas de inclusión en las sociedades europeas.
El acto, en el que participaron un centenar de personas, estuvo organizado por diversas asociaciones y organizaciones y a la protesta asistió, entre otros, el político, abogado y periodista gitano Juan de Dios Ramírez Heredia, presidente de la Unión Romaní.
De Dios afirmó en declaraciones a Efe que “las manifestaciones hechas por el ministro del Interior (italiano, Matteo Salvini) son realmente preocupantes”.
El político español se refería así a la postura radical que ha mostrado el líder de la ultraderechista Liga y vicepresidente del Gobierno, que como ministro del Interior en Italia está ejerciendo mano dura contra la inmigración ilegal.
Salvini también ha anunciado su intención de eliminar todos los campamentos gitanos en el país y sugirió hace unas semanas realizar una especie de censo para controlar las personas de esta etnia que residen en Italia.
“¿Qué quiere decir eso?, ¿quiere decir a caso los prolegómenos de la terrible época, la peor de la historia de Europa, que fue la Segunda Guerra Mundial?”, se preguntó De Dios.
En su opinión, la situación que se vive en Italia es “verdaderamente peligrosa, tan peligrosa que la mayoría de los gitanos italianos o que sin ser italianos residen en esta tierra tienen miedo, verdadero miedo”.
El presidente de Unión Romaní también confió en que “la opinión pública italiana no se va a decantar por esta vía absoluta de perdición y de ignominia” y que repudiarán “las directrices de locura”, que fomentan el rechazo al extranjero.
No obstante, el político español también advirtió de que Europa está viviendo actualmente “un resurgir de la extrema derecha y de una cierta extrema izquierda que tiene también connotaciones xenófobas y racistas”.
Dos corrientes que manipulan “de una manera vergonzosa a la clase trabajadora, a los más humildes, diciéndoles que los extranjeros, los que llegan de fuera, son los culpables de todos los males que aquejan a los europeos”.
Esto hace que se vea “con preocupación cómo en países de profunda tradición democrática empiezan a crecer grupos racistas, fascistas, de extrema derecha que están encontrando acogida en sus parlamentos nacionales”.
La postura contra este colectivo que defiende Salvini no es nueva ya que, recordó De Dios, durante el último gobierno de Silvio Berlusconi (2008-2011) el entonces ministro del Interior, Roberto Maroni, de la Liga Norte, también propuso “tomar las huellas digitales de los niños” de etnia gitana.
La concentración se organizó frente a la sede de la Cámara de los Diputados y a ella asistieron representantes de asociaciones como Rete Antirazzista Fiorentina, Associazione 21 Luglio o Associazione per la Pace Nazionale.
Los manifestantes portaron flores y banderas gitanas y también europeas, y gritaron gritado frases contra el racismo y a favor de la inclusión.
En el suelo, colocaron un cartel blanco con letras rojas y con frases como “no se puede condenar a un pueblo”, “cada pueblo es una riqueza para la humanidad” o “stop a la xenofobia”.
Además, pidieron al Gobierno italiano, formado por el antisistema Movimiento Cinco Estrellas y la ultraderechista Liga, que favorezca el diálogo con estos colectivos para lograr “una verdadera inclusión en la sociedad”.
Finalmente, protestaron contra “los desalojos indiscriminados” de campos de gitanos, después de que recientemente se desocupara uno situado en la periferia de Roma y en el que vivían cerca de 150 personas, entre ellas muchos menores, a pesar de que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) había pedido un aplazamiento.
“En Roma, la situación de los campos de gitanos es un caos total. Mi objetivo es acabar con todos, de buenas maneras, llegar a la cuota cero”, dijo entonces Salvini.
El desmantelamiento de este campo despertó las críticas de exponentes políticos como el presidente del Partido Demócrata (PD), Matteo Orfini, que denunció que no se hubiera creado un proyecto alternativo, o el diputado del partido +Europa Riccardo Magi, que consideró que ahora Italia corre el peligro de ser sancionada por no respetar la decisión del TEDH.
fahl