Las operaciones de rastreo al amparo del operativo “Rápido y Furioso” que permitieron que armas de asalto de Estados Unidos cruzaran la frontera para los cárteles de la droga en México fueron inapropiadas e insensatas, aseguró hoy The New York Times.
El diario indicó en su editorial de este lunes que las operaciones de “Rápido y Furioso” no fueron un hecho aislado, ya que el gobierno del expresidente George Bush utilizó la misma inapropiada táctica con la operación “Receptor Abierto” en 2006 y 2007.
Destacó que el Congreso debe llevar funcionarios responsables a rendir cuentas, pero también subrayó que los legisladores no deben eludir la necesidad de establecer leyes mucho más fuertes para el control del tráfico de armas.
La historia de estas arriesgadas operaciones de “rastreo de armas” fue explicada ante el Congreso por Lanny Breuer, director de la división criminal del Departamento de Justicia de Estados Unidos, apuntó el Times.
Tras denunciar que la táctica era “inaceptable y errónea”, Breuer se disculpó por no actuar de inmediato cuando se enteró de la operación “Receptor Abierto” e incluso cuando “Rápido y Furioso” ya estaba en marcha.
Admitió que no alertó a los líderes del Departamento de Justicia cuando se enteró de esto en abril de 2010.
Breuer refirió que en los últimos cinco años 94 mil armas han sido recuperadas en México y 64 mil de ellas fueron atribuidas a fuentes estadunidenses.
El fallido operativo “Rápido y Furioso”, implementado entre 2009 y principios de 2011, envió más de dos mil armas de asalto a las calles de la zona fronteriza entre Estados Unidos y México.
Algunas de esas armas fueron encontradas en escenas del crimen, incluyendo una tiroteo donde murió un agente de la Patrulla Fronteriza en diciembre pasado, apuntó el diario estadunidense.
Los republicanos del Congreso han reprochado al gobierno del presidente Barack Obama por el fiasco de “Rápido y Furioso” y también señalaron que esta táctica que se utilizó en el gobierno de Bush es igualmente alarmante.
El periódico citó al senador republicano Charles Grassley, quien manifestó que era un fracaso del Congreso el prohibir la venta de armas de asalto, hecho que está alimentando la guerra de los cárteles de las drogas.