Las relaciones entre Estados Unidos y Corea del Norte han entrado en una fase crítica, luego de la histórica cumbre de Singapur en junio pasado cuando los líderes de ambos países abrieron una nueva etapa entre ambas naciones.
En el signo más reciente de la creciente frustración entre Washington y Pyongyang, Corea del Norte criticó a altos funcionarios estadounidenses por insistir en que el régimen del líder Kim Jong-un abandone sus armas nucleares antes de retirar las sanciones.
A pesar de las medidas de “buena voluntad” del régimen norcoreano y las gestiones de acercamiento entre ambas Coreas, Pyongyang ha expresado su molestia por la insistencia de Washington de que primero complete el desarme total.
En un comunicado, el Ministerio de Relaciones Exteriores norcoreano calificó de “comportamiento desvergonzado e impertinente” la intención de la Casa Blanca de continuar ejerciendo presión para que Pyongyang cumpla sus compromisos antes de que las sanciones le sean retiradas.
También afirma que “funcionarios de alto nivel dentro de la administración de Estados Unidos están haciendo acusaciones iniciales contra (Corea del Norte) y haciendo intentos desesperados a intensificar las sanciones y la presión internacional”.
Según el Departamento de Estado, se “puede decir que seguimos teniendo conversaciones prácticamente todos los días, cada dos días o así con los norcoreanos”, indicó Heather Nauert, portavoz de la dependencia.
En su declaración, Corea del Norte indica las “medidas de buena voluntad” que ha tomado desde la histórica reunión en junio entre el presidente Donald Trump y Kim Jong-un, incluyendo su suspensión de los ensayos nucleares y la devolución de los restos de los soldados estadounidenses caídos de la Guerra de Corea.
“… Insultar al interlocutor y arrojar agua fría sobre nuestros esfuerzos sinceros para la construcción de la confianza que puede ser visto como una condición previa para la aplicación de lo acordado en junio es de hecho una acción estúpida que asciende a la espera de ver una eclosión de huevos hervidos”, indica la declaración norcoreana.
“Mientras Estados Unidos niegue incluso el decoro básico para su socio y se aferre al guión de actuación obsoleto que todas las administraciones anteriores han intentado y fracasado, no se puede esperar ningún progreso en la implementación de la declaración conjunta que incluye la desnuclearización”.
Es la última crítica de Corea del Norte desde la histórica reunión en Singapur, que parecía ser el comienzo de un deshielo en la relación entre los viejos enemigos.
Pero la declaración de Corea del Norte separa a Trump de “funcionarios de alto nivel”, lo que permite que el país ataque a Estados Unidos, mientras deja la puerta abierta para que el presidente continúe el diálogo con el líder Kim.
A principios de este mes, el secretario de Estado, Mike Pompeo, advirtió a Rusia, China y otros países contra cualquier violación de las sanciones internacionales contra Corea del Norte que podrían reducir la presión sobre Pyongyang para que abandone sus armas nucleares.
Los comentarios de Pompeo surgieron luego de un informe de las Naciones Unidas que descubrió que Corea del Norte no ha detenido sus programas nucleares y de misiles y está violando las sanciones, incluso a través de transferencias ilícitas de petróleo de buque a buque.
TFA