SAN SALVADOR.- El reconocido pintor y Premio Nacional de la Cultura de El Salvador en 2013, Fernando Llort, falleció a los 69 años de edad, informó hoy el Ministerio de Cultura.
“La ministra de Cultura, Silvia Elena Regalado, directores generales y demás funcionarios del Ministerio de Cultura lamentan el sensible fallecimiento de Fernando Llort, Premio Nacional de Cultura 2013, artista y gestor cultural”, publicó el Ministerio en sus redes sociales.
La Fundación Fernando Llort, que no detalló las causas de la muerte del artista, dijo que su familia “agradece infinitamente a todos sus condolencias y muestras de cariño” y anunció que el sepelio será el lunes próximo.
Llort nació el 7 de abril de 1949 en San Salvador y fue el tercero de seis hermanos del matrimonio de Baltasar Llort y Victoria Choussy.
Tras graduarse como bachiller en el Liceo Salvadoreño, uno de los más prestigiosos del país, cursó estudios de arte en Francia y Estados Unidos, así como de teología en Bélgica durante la década de 1960.
En 1973 regresó a El Salvador y se instaló en el poblado de La Palma en el norte del país, que fue seleccionada como sede de la primera reunión de diálogo entre el gobierno y la guerrilla, el 15 de octubre de 1984.
En esa localidad fundó un “Centro de Desarrollo Integral” en donde impartía clases de arte, así como el taller “La semilla de Dios” en el que decenas de lugareños aprendieron a elaborar artesanías.
El presidente salvadoreño, Salvador Sánchez Cerén, lamentó hoy el fallecimiento y destacó que su obra “marca la identidad cultural” del país.
“Nuestras más sentidas condolencias a familia del ilustre artista Fernando Llort. Su carisma, magistral obra y cariño por nuestro pueblo marca la identidad cultural y el desarrollo en paz y armonía de nuestra nación”, publicó el mandatario en sus redes sociales.
Llort fue el creador de unos vistosos mosaicos que adornaron entre 1997 y 2011 el frontispicio de la Catedral Metropolitana de San Salvador, monumental obra que era un homenaje a los Acuerdos de Paz, firmados el 16 de enero de 1992 y que pusieron fin a 12 años de guerra civil en el país (1980-1992).
La destrucción de esos mosaicos por parte de la Iglesia salvadoreña fue catalogada por el artista como una “bofetada” y, aunque aceptó las disculpas de los religiosos, aseguró que no comprendía sus argumentos.
“Me siento sorprendido e inmensamente triste porque me negaron la oportunidad de retirar con dignidad la obra más importante de mi vida” y “particularmente siento que la destrucción del mural es una bofetada desesperanzadora (…) a los artistas nacionales”, dijo Llort en conferencia de prensa.
Uno de los últimos reconocimientos que recibió Llort fue de manos del embajador de Japón en El Salvador, Kazuyoshi Higuchi, en abril pasado por “profundizar el entendimiento mutuo y de amistad” entre ambos países.