El volcán ecuatoriano Sangay, situado en la provincia amazónica de Morona Santiago, se encuentra en una nueva fase eruptiva tras nueve meses de relativa calma, informó hoy el Instituto Geofísico (IG) de la Escuela Politécnica Nacional.
El nuevo pulso eruptivo del Sangay empezó el pasado 8 de agosto, luego de nueve meses desde que concluyera una fase de alta actividad en noviembre de 2017, precisa un informe del IG.
La montaña de 5,230 metros sobre el nivel del mar y situada en un sector del ramal oriental de la cordillera de los Andes, ha expulsado bocanadas de gases y presenta un posible flujo de lava, añadió el Instituto.
La actividad superficial del volcán está caracterizada por “emisiones de ceniza poco energéticas que se elevan hasta 2,3 kilómetros sobre su cráter y por la posible presencia de un nuevo flujo de lava” en el flanco este-sureste, precisa el informe.
“Esta actividad de baja intensidad es típica del volcán Sangay y no representa una amenaza fuera del cono volcánico”, añadió al señalar que las columnas de ceniza podrían eventualmente “atravesar algunas de las rutas aéreas del país”.
El Centro de Alerta de Ceniza Volcánica (VAAC) de Estados Unidos ha reportado “dos nubes de ceniza en los últimos días”, la primera el pasado 8 de agosto con una altura de 500 metros sobre la cumbre, y otra tres días después a 2.300 metros sobre el cráter, indica el boletín.
Además, información de satélites advierte de dos anomalías termales bajas, registradas hoy en los flancos norte y noreste, así como un punto caliente persistente.
“La presencia de estas anomalías de calor confirmaría que el volcán ha iniciado una nueva fase eruptiva”, afirma el IG que también ha observado en imágenes la presencia de incandescencia en la parte superior del volcán.
El Instituto advierte de que mantendrá la vigilancia sobre la situación en el volcán Sangay, que se encuentra en una zona despoblada.
NCG