A través del tiempo y ya con algunos años en el seguimiento de los mercados financieros, es común que cuando viene un ciclo de alza en las tasas de interés a nivel global (como ya lo inició Estados Unidos), hay países, en lo general conocidos como “emergentes”, cuyas variables macroeconómicas se han ido deteriorando y se vuelven muy sensibles en la toma de decisiones para inversionistas y calificadoras.
Hoy, como ya todos hemos escuchado y leído, Turquía se encuentra en una posición más vulnerable, y a pesar de continuar con una expansión económica (más moderada), con algunos indicadores estables como el déficit fiscal / PIB en -1.5%, durante los últimos cuatro años previos estuvo entre -1.0 y -1.1% del PIB; la deuda / PIB en 28.3%, pero, por otro lado, tiene un fuerte endeudamiento del sector privado como se muestra en la balanza de pagos, y representa 62% del PIB turco.
Sin embargo, se percibe una falta de autonomía del Banco Central al no subir la tasa de interés ante el movimiento de la depreciación acelerada de la lira turca. Lo positivo es que dotó con mayor liquidez al sistema bancario a través de disminuir el coeficiente de reservas y está reduciendo su inventario de oro.
Los seguros de impagos en el mercado conocidos como el CDS aumentaron recientemente a sus mayores niveles desde 2008.
S&P, Moody’s y Fitch mantienen una calificación en zona especulativa. Sin embargo, de seguir el movimiento de la lira y se incremente la debilidad económica, aumenta el riesgo de una baja de uno a dos escalones, que implicaría un nivel de “bonos basura”.
En octubre, Turquía tendrá vencimientos por un monto total de 11 mil millones de dólares, de los cuales nueve mil millones de billetes verdes pertenecen al sector privado. Los bancos deberán afrontar pagos por deuda en los siguientes 12 meses por un orden de 51mil millones de dólares y el Gobierno por 18 mil 500 millones de dólares.
Por ello, entendemos que el Banco Central se ha visto presionado para NO subir la tasa de interés, aunque ya el movimiento de la lira turca afectará el pago privado y público en moneda extranjera.
Pero no debemos dejar a un lado a otros países. Nos llama la atención Brasil, que ha iniciado su proceso electoral para decidir Presidente y Congreso. Actualmente vive una crisis política en medio de una desaceleración económica. Su inflación ya rebotó de 2.5 a 5.0% anual, su deuda /PIB se ha presionado hasta niveles de 74% desde 51% registrados en 2013. El déficit fiscal / PIB está en -7.8%, y aunque ha recuperado terreno desde 2013, cuando estaba en -10.2%, sigue siendo muy alto.
Pronto sabremos si Lula podrá ser candidato oficial por parte del PT, ya que se decidirá su futuro para ver si queda libre o se mantiene en la cárcel. Las encuestas hoy le siguen dando ventaja y el PT lo está registrando como candidato.
Entre agosto y octubre, también por el cierre fiscal en Estados Unidos, se tienen ciclos de volatilidad en los mercados.
Cada vez que viene un movimiento en los ciclos de alza en tasas de interés en regiones desarrolladas, países emergentes presentan deterioros en indicadores. Esto y más leerás en #Finanzas24 de @1ahuerta pic.twitter.com/EnM4j0PvHi
— 24 HORAS (@diario24horas) 17 de agosto de 2018
LEG