La defensa de los presuntos homicidas de dos surfistas australianos aseguró que sus clientes serán sentenciados el 10 de septiembre a más de 40 años de prisión a pesar de irregularidades en el caso, ya que las armas que supuestamente usaron los implicados, afirmó, fueron sembradas por autoridades ministeriales de Sinaloa.
Adam Coleman y Dean Lucas fueron calcinados en su camioneta el 20 de noviembre de 2015 en una vereda de Novolato, cerca de Culiacán. Las autoridades dieron a conocer que, de acuerdo con la declaración de los imputados, quienes supuestamente portaban uniformes de corporaciones policiales federales y estatales apócrifos, estos planeaban robar a automovilistas que transitaban por la carretera costera.
Francisco Verdugo, abogado de los supuestos criminales, aseguró que sus clientes fueron torturados para rendir dicha declaración y que en más de 80 diligencias quedó acreditado que no participaron en los hechos delictivos; sin embargo, manifestó que existe presión internacional para que sean sentenciados.
Los acusados que representa son Julio César González Muñiz, de 29 años, supuesto líder de una célula delincuencial dedicada al narcomenudeo; su primo, Martín Rogelio Muñiz Ponce el Ticher, de 29; Jacinto Uriel Camacho Labrada, el Chentillo de 24 años.
Otro acusado es Sergio Simón Benítez, el Surco, de 39; todos ellos permanecen en el Centro de Ejecución de Consecuencias Jurídicas del Delito en Culiacán, Sinaloa. Un presunto cómplice, Luis Enrique o José Luis Espinoza, continúa prófugo.
“Lo fundamental de la defensa es que se argumentó que fueron detenidos a la altura del kilómetro 38 en la autopista Benito Juárez, en el tramo Culiacán-Angostura. Pero cuando nosotros efectuamos la inspección, la carretera no existe, son tierras de cultivo, fue armado y planteado en escritorio toda la acusación”, detalló en una entrevista con 24 HORAS.
Explicó que para tratar de justificar la detención, las autoridades ubicaron el camino 36.8 de la misma autopista sobre un canal: “manifestaron que sobre el bordo del canal fue la aprehensión cuando no existen bajadas en la carretera y los acreditamos vía satelital”.
El litigante comentó que en una camioneta que supuestamente pertenece a los detenidos los policías les pusieron armas, entre ellas una con la que supuestamente ultimaron a los australianos, así como droga; sin embargo, afirmó que cuando a sus clientes los presentaron ante las autoridades no les tomaron declaración por las armas, ni por la droga.
“Es una cuestión ridícula, a los extranjeros los quemaron dentro de la camioneta y los peritos dicen que se alcanzó una temperatura de mil 200 grados, y las balas eran de plomo y casualmente no fueron dañadas; hicieron un dictamen en media hora y no lo pudieron acreditar”.
LEG