WASHINGTON.– El Departamento de Defensa de Estados Unidos señaló hoy que China, si bien no es “un enemigo”, es “ciertamente un adversario” que está intentado “derribar” el actual orden internacional establecido, tal y como recoge un informe elaborado por el Pentágono que fue enviado al Congreso el viernes.
“China no es un enemigo, pero ciertamente es un adversario de Estados Unidos”, sostuvo el Pentágono en un comunicado.
Con estas palabras comienza la síntesis elaborada por el Departamento de Defensa estadounidense de su informe “Desarrollo Militar y de Seguridad en la República Popular de China”, un documento elaborado por el estamento castrense de manera anual y que fue remitido al Capitolio el viernes pasado.
“El Gobierno chino pretende derribar el orden internacional que ha mantenido la paz en la región desde el final de la Segunda Guerra Mundial y que ha posibilitado el desarrollo de los países asiáticos”, denuncia la nota publicada en la página web del Pentágono.
El informe sostiene que, en los últimos tiempos, Pekín ha venido aumentando su inversión en Defensa con el objetivo de contar con nuevas opciones ofensivas, que contemplan desde la disuasión nuclear al desarrollo de herramientas destinadas a posibilitar un ataque cibernético a gran escala.
El informe detalla que las Fuerzas Armadas chinas están trabajando en el desarrollo de bombarderos con capacidad nuclear, lo que, sumado a su ya existente sistema de misiles balísticos y a su flota de submarinos provistos de armamento atómico, permitiría al gigante asiático contar con la conocida como Tríada nuclear.
“El despliegue y la integración de bombarderos con capacidad nuclear otorgaría a China, por primera vez, la Tríada Nuclear, que implica sistemas dispersos por tierra, mar y aire”, alerta el informe.
Asimismo, el Pentágono expresó su preocupación por la creciente presencia militar del país asiático en el mar de China Meridional, una región que se ha vuelto objeto de una disputa soberanista por parte de diversos países, como Brunei, Filipinas, Malasia, Taiwán, Vietnam y, por supuesto China, debido a la presencia de reservas energéticas.
“En sus disputas regionales y marítimas, China continúa construyendo infraestructuras en las islas Spratly y aumentando su presencia en aguas del mar de la China Meridional para avanzar en su objetivo de controlar las zonas en disputa”, reza el informe.
Por último, el Pentágono acusa a Pekín de haber aprovechado su músculo económico para presionar a Corea del Sur con el propósito de perjudicar las relaciones entre Washington y Seúl.
DAMG