El 5 de septiembre rendirá su Segundo Informe, con un Congreso prácticamente pintado de guinda. El PRI solamente ganó un distrito local.

Explica la nueva realidad y la inédita correlación de fuerzas en el estado que gobierna y a nivel federal.

“México cambió el 1 de julio, y los mexicanos enviaron un mensaje muy claro, que todos debemos de entender: votaron los ciudadanos contra el sistema político y contra el sistema de partidos. Es obvio que ese par de cuestiones mediaron en el ánimo de los mexicanos para que se dieran esos resultados.

Hay que reconocer el triunfo de AMLO y no hay que escatimarle el esfuerzo, la tenacidad, los 18 años de estar recorriendo el país (me identifico con él, porque también estuve duro y dale haciendo todo para gobernar Hidalgo).

AMLO generó las condiciones necesarias para captar la simpatía ciudadana y el descontento social, el rechazo al sistema.
Con López Obrador, a todos los partidos les fue muy mal: PRI, PAN, PRD, Panal, PES y Verde, menos a Morena. Este último, más que un partido, es un movimiento y acertó en su nombre.

El tabasqueño animó la idea de que hubiera un cambio y por ello viviremos una nueva realidad, en donde la mayoría de los mexicanos le dieron la encomienda de encabezar ese cambio.

En su estado, un grupo nutrido de todavía opositores se la siguen haciendo cansada, con marchas, mítines y manifestaciones. ¿No teme que cuando entregue su informe se compliquen las cosas, como toma de tribuna o le nieguen el acceso?

-La verdad es que no. Muchos ganaron al amparo de López Obrador; algunos no tenían ni 5% de conocimiento entre población.
Aquí ganaron particularmente ligados a grupos políticos en específico.

Pero yo lo he dicho y lo repito para tus lectores, yo no tengo ningún problema con AMLO. Al contrario, le ofrezco la disposición de trabajar juntos. Quiero que le vaya bien a Hidalgo, quiero que le vaya bien a él, a México.

Lo vi en la reunión que convocó la Conago en donde tuve la oportunidad de intercambiar opiniones, y en los próximos días lo volveré a ver. Nuestros encuentros serán muy frecuentes. A ver, tenemos que trabajar juntos, más allá de nuestros partidos e ideologías.

Pero atención, muchos en la emoción del triunfo en Hidalgo y con el desconocimiento de temas públicos creen que ganaron para gobernar. Ya se irán dando cuenta, cuando lean la Constitución, de sus funciones y atribuciones. Y yo estaré con la mano extendida, con los brazos abiertos para trabajar en conjunto. No tengo temor ni miedo; al contrario, tomaremos acuerdos, en estricto apego a nuestras responsabilidades.

Así como ganaron López Obrador y Morena hoy, así ganó Omar Fayad en su momento, con la votación más amplia en la historia de los gobernadores en Hidalgo.

¿Le preocupa el gran desconocimiento de algunos legisladores que rendirán protesta y hagan lo que les dicten desde Palacio Nacional?

-No, no tengo ningún temor. A ver, todo lo que sea para el bien de los hidalguenses, bienvenido. Cuando yo vea que algo puede dañar al estado, a las instituciones, habré de apuntarlo. Y, claro, tendré la oportunidad de decírselo al Presidente de la República.

Y también tenemos la Cámara de Senadores para que tome sus decisiones en su momento. Y están, claro, como contrapesos, las figuras jurídicas como las controversias constitucionales en los tribunales. También existe el veto si las normas no cumplen ciertas características. Es decir, tendremos que hacer un gran ejercicio de política en serio, para ponernos de acuerdo en todos los temas.

Nadie se levantará con la idea de perjudicar al estado de Hidalgo. Quizá es una desventaja que no tenga la mayoría en el aparato legislativo, pero ya el actual Congreso no me era cómodo. Yo no tengo mayoría en el actual.

¿Qué opinión le merece el “vicegobernador”, coordinador de desarrollo o superdelegado, o de plano el ya candidato de Morena a la gubernatura, Abraham Mendoza Centeno?

-Se ha dicho mucho sobre un tema que aún no conocemos; cuando tengamos en la mano la iniciativa y la lea, ya sea de reforma a la ley orgánica de la Administración Pública Federal o la modificación reglamentaria que le dé vida a los coordinadores estatales, ahí podré dar una opinión seria y certera. No opino sobre libros que no he leído, ni películas que no he visto. El Presidente tiene todas las facultades legales para producir los cambios en el Gobierno, que él considere pertinentes. Es más, yo aplaudo que desaparezca todas las delegaciones federales. Ojalá lo haga. Que no tenga miedo. Tiene su costo político, pero así adelgazará a la burocracia.

@GustavoRenteria
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