Con la amenaza del presidente estadunidense Donald Trump de paralizar el gobierno federal si no se aprueba el dinero para el muro en la frontera, el Congreso reanuda sesiones este martes con el reto de aprobar la totalidad del presupuesto federal en sólo 11 días legislativos.
Hasta el momento el Senado ha aprobado versiones de 9 de las 12 iniciativas que componen el presupuesto federal del año fiscal 2019, por lo que una parálisis del gobierno podría tener un impacto en las elecciones legislativas del 6 de noviembre.
“Al centro de estas elecciones está el asunto de la seguridad fronteriza. Ya empezamos el muro en San Diego (…) Ya tenemos 1.6 mil millones, después tuvimos otros 1.6 mil millones de dólares. Ahora estamos pidiendo mucho más”, señaló Trump el jueves pasado en Evansville, Indiana.
El Congreso aprobó 1.6 mil millones de dólares en marzo en seguridad fronteriza, incluidas bardas y barreras físicas, pero ninguno de los fondos fue etiquetado para el muro de Trump. Los otros 1.6 mil millones aludidos por Trump no han sido en realidad aprobados.
El lenguaje del acuerdo presupuestario de marzo estableció que las barreras físicas corresponden a bardas y diques -que habían sido contemplados desde la Ley de Bardas Seguras del 2006- pero no al muro de concreto propuesto por el presidente.
Desde el 29 de julio, en un mensaje de Twitter, Trump amenazó con un nuevo cierre del gobierno, que sería el tercero del año, a pesar de que los líderes republicanos habían llegado a un acuerdo con el presidente para evitar nuevos cierres antes de las elecciones de noviembre.
“!!Estaría dispuesto a ‘cerrar’ el gobierno si no nos dan los votos para Seguridad Fronteriza, que incluye el Muro!!”, anunció Trump.
Aunque inicialmente los lideres demócratas ofrecieron financiar el muro a cambio de la legalización de los 690 mil beneficiarios del Programa de Acción Diferida para Llegados en la Infancia (DACA), la propuesta de la Casa Blanca de reducir la migración legal fue vista como una “píldora venenosa” que descarriló las negociaciones.
Trump propuso además la eliminación de la Lotería de Visas, la revocación de la política de “Detención y Liberación”, así como bloquear los fondos para las llamadas “Ciudades Santuario”.
En vísperas de la reanudación de sesiones del Congreso subsisten no sólo las diferencias sobre seguridad fronteriza entre republicanos y demócratas, sino entre la Cámara de Representantes y el Senado.
Los senadores, que se mantuvieron en sesiones en agosto para avanzar en las iniciativas de gasto pendientes, pedalean una propuesta que incluye 1.6 mil millones de dólares para el muro, bardas y barreras físicas.
Pero la versión de la Cámara de Representantes eleva la cifra a cinco mil millones de dólares que fueron solicitados por la Casa Blanca. Aún si ambas versiones son aprobadas sin cambios, requieren ser conciliadas en la conferencia legislativa bicameral.
Aunque los líderes legislativos republicanos han expresado su preferencia por dejar el debate sobre la seguridad fronteriza y el muro hasta después de las elecciones, Trump ha insistido el tema no sólo en sus más recientes apariciones públicas sino en la Casa Blanca.
Trump reiteró apenas la semana pasada que México pagaría fácilmente por el muro. “En última instancia será pagado por México”, dijo. De inmediato el secretario mexicano de relaciones exteriores Luis Videgaray le respondió que su país “NUNCA” pagará por el muro.
Aún si los líderes del Congreso deciden separar el tema del financiamiento del Departamento de Seguridad Interna (DHS), incluida la seguridad fronteriza y el muro, del presupuesto general, se requiere de una iniciativa temporal de gasto para mantener abierto al gobierno hasta después de los comicios.
Históricamente los republicanos no han salido bien librados políticamente cuando han forzado cierres del gobierno.
En 1996, cuando el líder republicano Newt Gingrich quisieron acorralar a Bill Clinton con la amenaza de un cierre, el gobierno estuvo cerrado 21 días y se logró un presupuesto balanceado. Encuestas colocaron a Clinton como el claro ganador y a los republicanos como los perdedores.
The Cook Political Report, la biblia del mundo político de Estados Unidos, proyectó que los demócratas siguen siendo los favoritos para recuperar la Cámara de Representantes en noviembre, aunque los republicanos confían en revertir las tendencias históricas gracias el estado de la economía.
aarl