El estrés, la angustia y la depresión son estados de ánimo frecuentes en adultos mayores, quienes aún tienen deseo sexual pero no pueden consumarlo, ya que solo una de cada 10 personas experimenta en forma saludable los procesos de envejecimiento, incluyendo la sexualidad, dijo el especialista Víctor Rodríguez Molina.
El experto del Departamento de Fisiología de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) apuntó que es frecuente la disfunción eréctil no por el envejecimiento propiamente, sino por otras enfermedades como la diabetes, la obesidad y la hipertensión.
De acuerdo con Rodríguez Molina, cerca de 10 por ciento de la población envejece de forma saludable, es decir, sin padecimientos extra que deterioren su cuerpo, por lo que una gran parte de la población varonil está vulnerable ante padecimientos como la disfunción eréctil, que afectan su vida sexual.
Refirió que, una dieta rica en grasas, obesidad y una vida sedentaria provocan que el exceso de colesterol se deposite en el sistema vascular, lo que crea los llamados ateromas: lesiones focalizadas en las capas internas de las arterias y que dificultan la circulación sanguínea necesaria para la erección.
Los ateromas pueden aparecer desde los 35 años de edad, aunque los casos más comunes hablan de personas mayores a 50 años, indicó en un comunicado del Foro Consultivo, Científico y Tecnológico.
Sostuvo que en el caso de un envejecimiento sano, los hombres pueden seguir teniendo relaciones sexuales de forma funcional aunque no tan intensa, ya que la erección del hombre de más de 50 años de edad es menos firme, debido a que los vasos sanguíneos no son tan elásticos como antes, y los músculos son menos potentes.
Además, la erección, que en la juventud toma entre 5 y 30 segundos; en los ancianos con problemas vasculares puede tardar hasta 10 minutos, asimismo, pasados los 90 años de edad, los varones pueden mantener la capacidad de procrear hijos.
En el caso de las mujeres: “uno de los principales factores que van a alterar el funcionamiento de sus órganos sexuales es la menopausia que se da después de los 45 años, lo que provoca una disminución en la función de los ovarios y la producción de estrógenos y con ello, llega una baja producción del moco vaginal. Su ausencia se traduce en molestias a la hora de la penetración”, comentó.
La disminución de los estrógenos en las mujeres es radical: de los 25 a los 35 años de edad se da la mayor producción de estrógenos, pero esto va decayendo, de tal forma que una mujer de 55, conserva sólo entre 20 y 30 por ciento de esa producción hormonal. Los niveles nunca llegan a cero, sin embargo, son más bajos ya en las ancianas, aseveró.
El envejecimiento es un proceso que afecta a todo el cuerpo en general, pero sí existe una diferencia entre lo que le pasa a los órganos y la conducta sexual, mientras los primeros envejecen con la edad, el deseo no tanto, subrayó.
El deseo sexual se produce en dos áreas del cerebro: la amígdala cerebral y áreas de la corteza, cuando alguna de las dos se altera a causa de un tumor, por ejemplo, hiperactiva o inhibe la conducta sexual.
En una situación normal, en los hombres a partir de los 45 años, los niveles de testosterona bajan y con ello el deseo. Caso contrario en las mujeres, pues una vez que desaparece la menopausia (alrededor de los 50 años de edad) se ha descrito que existe un ligero incremento en el deseo sexual, que vuelve a disminuir después de los 65, puntualizó.
TFA