El 1 de julio pasado el mensaje de las urnas fue claro: quien utilice recursos públicos tendrá que gastarlos en una pecera muy transparente, combatamos todos la corrupción y acabemos con la arrogancia de las oficinas públicas.
Fue un despertar ciudadano, que exige eliminar que el poder sólo le sirva a unos cuantos; adiós a la impunidad, y bienvenida la verdadera rendición de cuentas.
Desde Palacio Nacional, todo indica -porque ésa fue su bandera de campaña las últimas dos décadas- no costará mucho trabajo actuar así día a día. Por eso era fundamental para Movimiento Regeneración Nacional que las autoridades electorales dejaran claro que el fideicomiso para la reconstrucción, después del sismo, no sirvió para la campaña del candidato ganador.
Otras señales de que va en serio la cosa son la austeridad y el recorte que se espera en el Congreso de la Unión a través de las declaraciones de Martí Batres, Ricardo Monreal, Porfirio Muñoz Ledo y Mario Delgado, quienes ya advirtieron que se acabarán el lujo y el dispendio. Adiós a los seguros de gastos médicos mayores, autos, comilonas y hasta la reducción significativa de las dietas para los legisladores.
Antes se iba a recoger la constancia de mayoría en helicóptero, y ahora en Volkswagen.
Pero otro gallo canta en las distintas entidades del país: los gobernadores y sus principales aliados son faraones en sus territorios. El uso de jets privados y helicópteros ejecutivos es común. La chequera se maneja al son que bailan los Ejecutivos locales.
¿Ganarán todos ellos menos sueldo que López Obrador?, ¿se unirán a la ola de vivir en la justa medianía o seguirán como jeques árabes en todas las regiones del país? Esas respuestas, con el tiempo, las conocerá en siguientes entregas de la columna Alcaldes y Gobernadores.
Otra de las declaraciones que ha puesto a temblar a la membresía de la Conago es que el tabasqueño propondrá un debate cuando entregue su Informe con senadores y diputados federales. ¿A poco harían lo mismo con los legisladores locales los 32 gobernadores?
Francamente lo veo casi imposible: si no pasan la prueba del estadio (por aquello de la rechifla), ni de locos se expondrán a ser desnudados frente a la representación popular.
Pero, aunque usted no lo crea, en Durango sí se captó el mensaje de las elecciones. Quizá porque el que nada debe, nada teme, luego de presentar su Segundo Informe de Gobierno, José Rosas Aispuro participó en la nueva modalidad de preguntas y respuestas, donde nueve de los 25 integrantes de la LXVIII Legislatura lo cuestionaron sobre medio ambiente, obra pública, empleo, desarrollo económico, vivienda, combate a la corrupción, campo y futuros proyectos.
Este ejercicio nunca lo podría haber inaugurado Jorge Herrera Caldera del PRI, que traicionó a Ismael Hernández Deras (su antecesor), porque desde el primer día de su mandato estaba señalado por los negocios.
Destacamos que en este nuevo ejercicio estuvieron presentes los gobernadores panistas Carlos Mendoza Davis (Baja California), Francisco Domínguez Servién (Querétaro) y la electa de Puebla, Martha Erika Alonso.
El gobernador presumió que Durango ya recibió calificación crediticia positiva de las agencias HR Ratings -AAA- y Fitch Ratings -con AA+-, y les dejó a los hacedores de leyes tres documentos: uno con el concentrado y evidencias de las obras realizadas, otro con el informe financiero de las mismas y uno más con el reporte de avance del proyecto.
Está claro; sólo pueden responder preguntas de la representación popular, los gobernadores que tienen muy pocas observaciones de la Auditoría Superior de la Federación y la Secretaría de la Función Pública.
¿Qué gobernador se atreverá a copiarle a Rosas Aispuro? ¿Quién dice yo sin salir manchado por jitomates?
@GustavoRenteria
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