Huaracanes, sismos e inundaciones, son los desastres naturales más frecuentes en México, que dejan a miles de damnificados año con año, quienes requieren del apoyo de la sociedad civil y de las empresas para enfrentar las afectaciones de estos fenómenos naturales.
Gruma, empresa mexicana líder en la producción de harina de maíz y de tortilla a nivel mundial, es una de las compañías que más apoya a los damnificados en situación de desastre, ya sea por huracán, inundación o sismos, como los ocurridos el año pasado.
A un año de los desastres ocasionados por los sismos del 7 y 9 de septiembre, la empresa de Juan González Moreno, sigue apoyando a las comunidades afectadas.
Inmediatamente después de los desastres naturales, Gruma instaló en las localidades sus tortimóviles, tortillerías rodantes que permitieron a los damnificados acceder a tortillas calientes y frescas para poder alimentarse.
Además, se unió a la iniciativa de Grupo Financiero Banorte, “Adopta una Comunidad”, que consistió en no sólo llevar apoyos temporales a las comunidades, sino contribuir completamente a su reconstrucción y acercar a los habitantes de las comunidades afectadas, programas de salud, nutrición y educativos.
Como parte de este programa, Banorte se hizo cargo de la reconstrucción de viviendas; van 172 a la fecha, en 9 distintas comunidades, el compromiso hacia el primer semestre de 2019 es construir 400 casas.
Maseca, subsidiaria de Gruma, dará más de 900 consultas nutricionales completamente gratuitas, a los pobladores de las comunidades más afectadas por los sismos de septiembre de 2017 y de menores recursos.
Estas consultas gratuitas van acompañadas de la entrega de más de 5 mil 400 paquetes o kits nutricionales para coadyuvar en la obtención de una buena salud, sobre todo de niños y adultos mayores que se vieron afectados por los sismos, y que por sus condiciones de vulnerabilidad económica su alimentación no es la más adecuada.
De igual forma, Cemex, en conjunto con otras compañías que operan en México reconstruyeron al menos 300 viviendas en estados como Oaxaca y Guerrero, en beneficio de los afectados por los sismos.