Hemos comentado que octubre significa un mes de “alta volatilidad” normalmente en los mercados. Tras concluir con un septiembre positivo, seguimos viendo varios frentes abiertos por parte de Estados Unidos y otros independientes como el caso de Italia y el Brexit.

Es muy probable que aumente la tensión comercial entre la Unión Americana y China. Una vez concluidos los acuerdos comerciales con Corea del Sur, México y Canadá, el presidente Trump dirigirá baterías hacia China en tiempos en donde las elecciones intermedias americanas se aproximan.

Existe el riesgo de que el vecino del Norte aumente los aranceles a 267 mil millones de dólares como lo ha comentado Donald Trump en algunas ocasiones pasadas. Esto significaría que 100% de las importaciones que llegan a Estados Unidos procedentes de China tendrán un arancel, lo cual -estimamos- pudiera tener un efecto anual cercano a una desaceleración de la economía asiática entre 50 y 100 puntos sobre la tasa de crecimiento.

¿Nos imaginamos ver un PIB de China por debajo de 6.0% de crecimiento anual? Sin duda, quienes están viéndose afectados son algunas materias primas como los metales, cuya demanda se seguiría viendo impactada.

Ahora, estamos apreciando mucho nerviosismo por el aumento en el déficit presupuestario de Italia, aprobado en 2.4% del PIB cuando el Gobierno anterior lo llevaba hacia un estimado de 0.8%, es decir, el Parlamento italiano, dominado más por socialistas, está elevando el riesgo de incrementar la deuda pública que hoy alcanza a situarse en 130% del PIB. Hace un año, la deuda del bono a 10 años italiano estaba en 2.10% y hoy ronda niveles de 3.40%, siendo el más afectado.

El PIB de Italia alcanza 1.9 billones de dólares y representa 1.2% del crecimiento mundial. Medido dentro de la Zona Euro, constituye 15% del PIB y 7% del valor de capitalización de los mercados de la Eurozona. De alguna manera tendrá un efecto “cuantitativo” en los mercados, pero, además, el que Italia salga de parámetros alineados dentro de la Comisión Europea significa que otros países podrán hacerlo y la contaminación afectaría el entorno.

Moody’s alertó de los riesgos que imperan en Europa. Entre otras cosas, mencionó de los altos niveles de deuda, la falta de instrumentos de estímulo, menor espacio fiscal, el auge del populismo y la disrupción tecnológica que dejan a Europa vulnerable.

En el tema del Brexit, seguimos viendo que esas “ocho semanas” de gran intercambio y negociación entre Reino Unido y Gran Bretaña quedaron “suspendidas” tras la reunión de los primeros ministros hace poco más de una semana, cuando miembros de la Unión Europea dieron negativa al proceso de acuerdos que buscaba Theresa May en relación al libre comercio de productos, mas no de servicios y el manejo entre la frontera de Irlanda del Norte e Irlanda del Sur. La primera ministra tiene una posición débil inclusive dentro de su partido y en el Parlamento.

Juan Ángel Espinosa