El Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) sería, en materia de conectividad, el segundo más grande del mundo, ya que permitiría mover a más de 75 millones de pasajeros al año en una primera etapa -terminado serían 125 millones-, y se perfila como la obra del siglo XXI, al realizar más de 800 mil operaciones anuales, con un manejo de tres pistas simultáneas, por lo que en caso de cancelarlo el problema de saturación en el espacio aéreo se mantendría.
Y es que actualmente, el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) presenta severos problemas de conectividad pues fue diseñado para recibir a 32 millones de pasajeros; en 2017, atendió a 44 millones, y para finales de este año esperan que sean 48 millones, un problema que sería imposible resolver.
Fuentes del Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México (GACM) explicaron que el simplemente hecho de no terminar la obra generaría perdidas económicas por la cancelación de contratos superiores a los 100 mil millones de pesos, debido a que los recursos comprometidos que se tienen son solamente para realizar el aeropuerto, donde participan más de 240 empresas.
En un recorrido realizado por 24 HORAS a las instalaciones de Texcoco, se constató que el aeropuerto tiene un avance de 31.8%, y que los procesos de cimentación, tanto en el edificio terminal como de pistas ya están terminados a ciento por ciento.
Sobre la torre de control, que ya tiene 40% de construcción, se espera que esté terminada en su totalidad -90 metros de altura-, a principios de 2019. Este edificio contará con un sistema de aislamiento de sismos, realizado por una empresa de San Francisco, con el objetivo de que si se presenta un fenómeno natural de este tipo, superior a 10 grados richter, la torre no detenga sus operaciones.
Además, explicaron que el material con el que se construye el centro de operaciones aeronáuticas del NAIM, es uno de los más avanzados y es antiincendios, ya que en caso de que llegará a presentarse un sinistro de este tipo, la torre está diseñada para resistir hasta cuatro horas de fuego, con lo que se tendrá tiempo más que suficiente para evacuar al personal, y que ésto cancele las operaciones aéreas.
El proyecto busca tener una Certificación Leed Oro, en el caso de la torre de control, y una de Leed Platino en el edificio terminal, las cuales son otorgadas por Grupo Mitre, la empresa más importante de aeronáutica a nivel mundial, y la que otorga este tipo de acreditaciones a los aeropuertos que son realmente seguros y sustentables.
Destacaron la importancia de contar con la certificación de Mitre, pues de no contar con ella o si detectara algún tipo de peligro en la construcción del proyecto, la obra se cancela y no se puede realizar ningún tipo de operaciones, ya sean aéreas o terrestres.
El GACM recordó que otro de los inconvenientes de cancelar la obra del NAIM sería que se perderían más de 40 mil empleos directos e indirectos, los cuales se generaron desde que se comenzó con la construcción.
Reiteran que el proyecto sí es sustentable
Las fuentes consultadas negaron las acusaciones de grupos ambientalistas sobre ecocidio y contaminación a causa de la obra que se realiza para el nuevo aeropuerto.
Este medio pudo constatar que en Texcoco se cuenta con un proyecto de reforestación en el terreno, con el objetivo de mantener la flora y la fauna endémica.
Además, precisaron, si se comenzará un nuevo proceso de construcción, éstas serían retiradas y replantadas en zonas aledañas a Texcoco.
Otro detalle es que existe un sistema que es utilizado a nivel mundial -el cual se implementaría en el Nuevo Aeropuerto Internacional de México-, y que consiste en que mediante altavoces, imitan un sonido similar al que hace el halcón, lo que ahuyenta a las aves migratorias y evita que se acerquen al terreno. Además, con esto también se previene que intervengan en el vuelo de los aviones y puedan provocar un accidente.
Indicaron que el aeropuerto busca ser uno de los más vanguardistas del siglo XXI, mediante certificaciones internacionales que son otorgadas a edificios terminales que se construyen de forma “amigable con el medio ambiente”.
Por ello, la terminal aéra se l evanta bajo estructuras que permitan contar con energías limpias, es decir, aire, agua y sol abastecerían las principales necesidades de servicios. En el caso de la luz, el edificio principal sería capaz de ser autosustentable y el agua se reutilizaría para la limpieza de todo el aeropuerto.
Presupuesto real no se ha incrementado
El pasado miércoles, Javier Jiménez Espriú, propuesto como secretario de Comunicaciones y Transportes por el futuro Gobierno, aseguró que el costo de construcción del NAIM se ha elevado de manera “fenomenal”; sin embargo, el GACM explicó que el presupuesto que se tenía desde un principio no ha aumentado.
El costo en dólares se mantiene, como se anunció en 2014, en 13 mil 300 millones de dólares; sin embargo, el tipo de cambio es el factor que propicia que el presupuesto en pesos aumente. Cuando comenzó el proyecto, el tipo de cambio era de alrededor de 12.70 pesos por dólar, pero hoy, se tiene en un rango de 20 pesos por dólar, señalaron.
Tendrá pista para uso exclusivo del Gobierno
Una de las primeras pistas que estarían en funcionamiento sería la 6, destinada para uso exclusivo del Gobierno y ubicada al borde con la carretera de Peñón-Texcoco y donde estarían los hangares Presidenciales.
Ésta sería más pequeña que las demás, y solamente para ser utilizada por personal de Marina, Policía Federal, Ejército, Presidencia, Procuraduría General de la República, y aviones gubernamentales en caso de que aterricen en el aeropuerto.
Sin embargo, prevalecería la duda sobre la construcción del hangar presidencial, debido a que el mandatario electo, Andrés Manuel López Obrador, ha reiterado en diferentes ocasiones que el avión presidencial se venderá o rentará, pero los planes para realizarlo siguen en pie.
El terreno es monitoreado por geotécnicos de la UNAM
El grupo aeroportuario explicó que cuenta con especialistas en geotécnica del Instituto de Ingeniera de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quienes realizan estudios permanentes para evitar que tanto las pistas de aterrizaje, como el edificio terminal, y la periferia de la construcción presenten problemas de hundimiento.
Mediante un sistema de medición, ubicado a 20 metros de profundidad y a lo largo de las pistas y del edificio terminal, se mide el hundimiento del terreno y se realiza un monitoreo permanente para que, en caso de que se dé alguna fractura del subsuelo de las pistas, se localice la ubicación exacta para realizar algún tipo de cambio en la construcción o cimentación del terreno.
Además, cuenta con un sistema de drenes que ayuda a que toda el agua pluvial sea dirigida a la laguna Nabor Carrillo, por lo que, dijeron, no hay riesgo de inundación, aunque este líquido también abastecerá al sistema potable del NAIM.
Explicaron que en el caso de las pistas, éstas se tuvieron que hundir mediante un sistema de compensación hidráulica, que consiste en sacar toda el agua del terreno para que en el futuro no haya problemas por este líquido.
LEG