En el marco del Día Internacional de la Salud Mental, celebrado el 10 de octubre, cuyo lema de 2018 es Los jóvenes y la salud mental en un mundo en transformación, académicos de la UNAM alertaron a la población para mantenerse al tanto de la prevención y detección oportuna de padecimientos mentales entre los jóvenes, lo que podría reducir el riesgo de una de sus consecuencias más graves: el suicidio.
Durante una conferencia realizada en el Departamento de Psiquiatría y Salud Mental de la Facultad de Medicina de la UNAM, Silvia Ortiz, académica de dicha dependencia, puntualizó que es indispensable recordar que las enfermedades mentales son multifactoriales, por lo que los factores ambientales y el contexto en el que se desenvuelve el individuo pueden incidir en el desarrollo de algún trastorno, cuya sintomatología puede detectarse desde temprana edad, “es fundamental señalar que desde los 14 años ya hay sintomatología”, indicó.
Por su parte, José Javier Mendoza, también académico de la UNAM, indicó que, a pesar de que la depresión y el suicidio son los trastornos más graves, los más frecuentes en jóvenes son los trastornos de ansiedad derivados del estrés y alta vulnerabilidad emocional de la persona, “se conoce que el 13% (de los jóvenes lo tienen)”, comentó.
De acuerdo con el especialista, en México hay 3.6 psiquiatras por cada mil habitantes, y apenas .69 están dedicados a la infancia, por lo que resaltó la necesidad de “coordinar esfuerzos para tratar el área vulnerable, no solo (en) niños y jóvenes, sino adultos jóvenes que deben enfrentarse al mundo laboral”.
¿Cómo evitarlo?
La psiquiatra y académica de la UNAM, Claudia Fuoilloux Morales, explicó que los jóvenes tardan en promedio hasta 14 años para recibir atención médica, lo que disminuye la posibilidad de obtener resultados positivos. Ante este contexto se sugiere a los padres y familiares estar atentos a los cambios en el comportamiento de los jóvenes y, en caso de reconocer signos de alerta, acudir con un especialista, quien indicará las medidas necesarias o, en su defecto, la medicación correspondiente.
En este sentido, resaltó la importancia de la psicoeducación, que permite a los familiares y pacientes entender y manejar mejor las enfermedades mentales.
aarl