Aunque lo nieguen, cada vez son más públicos los desencuentros entre el coordinador de los senadores de Morena y el presidente de la Mesa Directiva, Ricardo Monreal y Martí Batres.
El lunes pasado, durante la reunión de la Junta de Coordinación Política del Senado, los coordinadores parlamentarios de todos los grupos se le fueron a la yugular a Batres, quien el fin de semana anterior había presentado “una agenda de temas prioritarios’’ para la Cámara alta.
Nada más que lo hizo sin el consenso de todos los partidos; bueno, ni siquiera de la bancada de Morena que se vino a enterar hasta que la nota salió publicada en los diarios.
Los coordinadores parlamentarios quisieron redactar un exhorto a Batres, que se leería en la sesión del martes pasado, pero Monreal les pidió serenarse y se comprometió a hablar con él para que no volvieran a ocurrir esos hechos.
La historia es que Batres no ha entendido.
Días antes de que se instalara la actual legislatura, Andrés Manuel López Obrador se reunió con los senadores electos de Morena.
Ahí les dijo que el coordinador sería Monreal, “con quien tengo un compromiso que voy a respetar’’, además de que el presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores sería Héctor Vasconcelos, a quien había propuesto originalmente como canciller.
Pero como Vasconcelos ganó la senaduría, la Cancillería fue entregada a Marcelo Ebrard.
Ésos fueron los dos únicos compromisos que López Obrador pidió a su bancada en el Senado respetar.
“De ahí para adelante, organícense ustedes’’, les dijo.
Entonces Batres se comenzó a mover en busca de la presidencia de la mesa; la ventaja, sin embargo, la tenía Cristóbal Arias, por el que la mayoría de los senadores electos estaban dispuestos a votar.
Fue el propio Monreal el que les pidió a los senadores apoyar a Batres y convenció a Arias de declinar a favor del ahora presidente de la mesa.
Eso, aparentemente, no fue suficiente para Batres, de tal suerte que cuando acude un funcionario de alto nivel al Senado, primero pasa a su oficina y después a la de Monreal.
Si Batres continúa en esa posición, no sería raro en pocos días, semanas quizá, estemos comentando de una rebelión en la bancada de Morena en contra del presidente de la Mesa Directiva.
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La senadora Marybel Villegas presentó ante el Órgano de Control Interno del Fonatur una denuncia por los probables delitos de fraude, cohecho y peculado en contra de la Federación.
Sucede que el Fonatur vendió un terreno de poco más de 10 mil metros cuadrados en la Playa Delfines, en Cancún, a un empresario extranjero en la cantidad de 19 millones de pesos, cuando el avalúo bancario establecía que su precio era de 42.5 millones de pesos.
Alguien por ahí se llevó una jugosa comisión, y eso es lo que la senadora de Morena por Quintana Roo pide que se investigue y sancione.
A ver.
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Charros, charros con Charrez.
El diputado hidalguense de Morena, Cipriano Charrez Pedraza ya no sabe cómo salir del problema vial en el que se vio involucrado y que le costó la vida a un taxista inocente.
El legislador comenzó a circular antier un supuesto oficio en donde los delegados del Valle del Mezquital le manifestaban su apoyo y lo describían casi como la reencarnación de Jesús.
Pues bien, ayer los supuestos “abajofirmantes’’ ofrecieron una conferencia de prensa para deslindarse del documento, es decir, que es falso.
Y así el legislador se dice inocente.
Ufff.