Los estadounidenses Bob Beamon, arrugado por el paso de medio siglo, y Dick Fosbury, casi sin elasticidad a sus 71 años, regresarán a México como parte de los festejos por los 50 años de los Juegos Olímpicos de 1968, en los que fueron héroes.
Considerados un antes y un después en la historia de los Juegos Olímpicos, los de México 1968 serán recordados con varios de sus protagonistas, entre ellos Beamon y Fosbury, ganadores de salto de longitud y salto de altura en el concurso de atletismo.
Marcado con el número 254, con una camiseta azul y pantalón blanco el 18 de octubre de 1968 el joven Beamon miró al horizonte, hizo una arrancada como de velocista y aprovechó las condiciones de aire para mejorar la plusmarca mundial por 55 centímetros. Al tocar el suelo dio tres saltos como de canguro y esperó la medición de los jueces.
Durante varios segundos el mundo pareció paralizarse en el estadio. Nervioso, el atleta trotó en espera del resultado y al conocer su plusmarca de 8.90 metros experimentó una catarsis por la dimensión de la hazaña, bautizada como “el salto del siglo”.
Fosbury, un innovador, se impuso en el salto de altura con un nuevo estilo basado en atacar la varilla de espalda. Este viernes, fecha en la que se cumplen 50 años de la ceremonia inaugural, será como un “criminal” melancólico que regresará al lugar de los hechos para reconstruir su hazaña.
Serán dos de las principales figuras que estarán en los festejos que arrancarán mañana con una conferencia de prensa del alcalde de la Ciudad de México, José Ramón Amieva, y un homenaje a los campeones de la natación en la Alberca Olímpica.
Los Juegos de 1968 fueron los primeros en Latinoamérica, los primeros que se pudieron ver en televisión a color, los primeros con una Olimpiada cultural, los primeros con pruebas de dopaje y los primeros con pictogramas para identificar a los deportes.
Este viernes, en el aniversario de la ceremonia inaugural, un relevo formado por personalidades de la vida deportiva y social de México llevará la antorcha y al filo del mediodía arribará al estadio Olímpico, donde la señora de 70 años Enriqueta Basilio repetirá el momento que cambió su vida al convertirse en la primera mujer en encender un pebetero olímpico.
La mexicana Pilar Roldan, una abuela de 78 años, regresará al pasado cuando ganó la plata olímpica en florete ante la entonces soviética Yelena Belova Novikova y otros campeones se encontrarán con sus rivales de entonces para revivir proezas.
La estadounidense Debbie Mayer, oro en 200, 400 y 800 metros estilo libre de la natación, su compatriota Michael Burton, rey en 400 y 1.500 metros libre, y el australiano Michael Wenden, oro en 100 y 200 libre serán recibidos por el héroe mexicano Felipe Muñoz, quien ganó el oro en los 200 estilo pecho y a los 17 años pasó a la historia como uno de los grandes deportistas de los Juegos.
Este viernes el espíritu olímpico llegará a su punto máximo en México y la televisión transmitirá una serie de un programa diario con el resumen de lo que sucedió en cada día de México 1968, un documental dirigido por el productor Alejandro Reyes, quien realizó más de un centenar de entrevistas a los protagonistas, la mayoría de los cuales estarán desde mañana en los festejos.
DPC