LONDRES.- El Tribunal Supremo del Reino Unido dictaminó hoy que una pastelería de Belfast (Irlanda del Norte) no es culpable de un delito de discriminación por negarse a confeccionar una tarta con un eslogan a favor del matrimonio entre homosexuales.
Los dueños de “Ashers Bakery“, un negocio de la familia McArthur con años de experiencia en la capital norirlandesa, recurrieron a la más alta instancia británica después de que el Tribunal de Apelaciones de la provincia ratificara una condena anterior por discriminación.
Los McArthur habían sido demandados en 2014 por la Comisión de Igualdad de Irlanda del Norte (NIEC) en nombre del activista gay Gareth Lee.
Los cinco jueces que componen el Tribunal Supremo aceptaron hoy por unanimidad los argumentos de los pasteleros, pero precisaron que su sentencia no choca con “la necesidad de proteger a la gente gay y a la gente que apoya” el matrimonio entre homosexuales.
“Es profundamente humillante, y una afrenta a la dignidad humana, negar a alguien un servicio por su raza, género, discapacidad, orientación sexual, religión o creencia. Pero eso no es lo que ha pasado en este caso”, indicó la presidenta del Supremo, Brenda Marjorie Hale.
La magistrada sostuvo que los dueños de “Ashers Bakery”, que se han declarado profundamente religiosos, no rechazaron el pedido de Lee por su “orientación sexual”, pues “se hubiesen negado a confeccionar un pastel como ese para cualquier cliente, independientemente de su orientación sexual”.
Este caso comenzó en mayo de 2014, cuando Lee entró en el citado comercio y pidió que su tarta llevara la imagen de los conocidos muñecos del programa infantil “Barrio Sésamo” “Epi y Blas” y el mensaje escrito “Apoya el Matrimonio Gay“, solicitud que fue rechazada alegando motivos religiosos.
Un juzgado de primera instancia dio la razón al activista al entender que “Ashers Bakery” no es un grupo religioso, sino una empresa “que conduce su negocio con el objetivo de obtener beneficios” y, por lo tanto, concluyó que había cometido un delito de discriminación al negarse a cumplir el pedido del cliente por razones de conciencia.
La pastelería recurrió la decisión en 2016, pero el tribunal de apelaciones de Belfast, compuesto por tres jueces, volvió a rechazar los argumentos de los demandantes, que argumentaron que su pastelería no quiere dar la impresión de que apoya el matrimonio gay al incluir mensajes al respecto.
Ese planteamiento, por contra, sí fue aceptado por el Supremo, que aseguró que nadie puede obligar a los pasteleros a “suministrar una tarta” que lleve “un mensaje con el que están en profundo desacuerdo”.
El Gobierno autónomo norirlandés, de poder compartido entre católicos y protestantes, introdujo en 2005 la ley de Asociación Civil para personas del mismo sexo, la cual concede a esas parejas los mismos derechos y responsabilidades que a los matrimonios heterosexuales.
No obstante, a diferencia de la legislación en Inglaterra, Gales o de la vecina República de Irlanda, estas uniones no llevan el nombre de “matrimonio homosexual” en Irlanda del Norte.
Este y otros asuntos, como el de la legalización del aborto, mantiene enfrentados a las dos principales formaciones de la provincia, el ultraconservador Partido Democrático Unionista (DUP) y el nacionalista Sinn Féin, mayoritarios entre las comunidades protestante y católica, respectivamente.
La falta de acuerdo sobre estas cuestiones ha impedido que regresen al Ejecutivo de poder compartido, que permanece suspendido desde enero de 2017.
DPC