Miami.- El rastro de destrucción y muerte de Michael sigue aumentando y ya hay 13 muertos confirmados hasta el momento, aunque las autoridades estadounidenses temen que la cifra pueda aumentar en las próximas horas mientras avanzan las tareas de búsqueda de víctimas mortales bajo los escombros.
Mientras el ciclón se degradó ya en aguas del Atlántico, hoy se conoció que siete personas murieron debido a las graves inundaciones y fuertes vientos que Michael dejó antes de que su centro saliese por la costa sureste de Estados Unidos en la pasada madrugada.
El gobernador de Virginia, Ralph Northam, informó en una conferencia de prensa que cinco personas murieron a consecuencia de Michael, cuatro ahogadas en dos hechos aislados y otra, un bombero, en un accidente de tráfico.
Y en el vecino estado de Carolina del Norte dos personas más fallecieron cuando su vehículo chocó con un árbol caído por los fuertes vientos.
Estas pérdidas humanas se suman a las cuatro ya conocidas en Florida, otra previa en Carolina del Norte y una más en Georgia, donde una niña de 11 años murió cuando una estructura metálica le golpeó la cabeza tras atravesar el tejado de su vivienda.
El director de la Agencia Federal de Gestión de Emergencias (FEMA), Brock Long, dijo hoy en una conferencia de prensa que espera que las cifras de víctimas mortales sigan subiendo este viernes y sábado como resultado de uno de los “más devastadores huracanes en el país desde 1851”.
Long recomendó a los que evacuaron que no regresen todavía a sus hogares, tanto porque con semejante cantidad de escombros y daños es peligroso, como porque permite además a los miles de soldados de la Guardia Nacional y efectivos policiales y de emergencia proseguir con sus tareas de búsqueda y rescate de damnificados.
Antes de que saliese al Atlántico, Michael dejó importantes lluvias en la costa sureste y vientos máximos sostenidos de 60 millas por hora (95 km/h).
Roy Cooper, gobernador de Carolina del Norte, región que todavía no había terminado de recuperarse del paso en septiembre pasado del huracán Florence, que causó en EU una treintena de muertes, dijo hoy en rueda de prensa que un centenar de personas tuvieron que ser rescatadas debido a inundaciones repentinas.
Aunque en toda la región hay decenas de carreteras y puentes cerrados por el ciclón, la atención sigue en la costa noroccidental de Florida, donde el miércoles Michael tocó tierra con vientos de 155 millas por hora (250 km/h) y una marejada ciclónica que elevó el nivel del mar en hasta 14 pies (4,2 metros).
Ninguna de las víctimas mortales reportadas hasta el momento se produjo en esta zona, donde Michael tocó tierra como el tercer huracán más potente en alcanzar el Estados Unidos continental.
El ciclón devastó por completo la ciudad floridiana de México Beach, donde las tareas de búsqueda de víctimas se realiza casa a casa, pues buena parte de las viviendas fueron arrancadas de cuajo por los vientos y la entrada del mar.
Cuatro hospitales y once asilos de ancianos permanecen cerrados en esta región, por la que hoy hizo un recorrido el gobernador de Florida, Rick Scott, que salió espantado con lo que había visto.
“El daño que hemos visto de Michael es indescriptible y sin precedentes”, dijo Scott, que hoy activó un programa de préstamos de emergencia con el fin de apoyar a los negocios locales afectados.
En la vecina base aérea de Tyndall tampoco se libraron del paso del ciclón y necesitará extensas “reparaciones” y garantizar la “integridad estructural de los edificios”, explicó el coronel Brian S. Laidlaw en la web de estas instalaciones.
Los efectos de Michael se dejan notar en los más de 1,3 millones de familias y negocios que se encuentran hoy sin electricidad en cinco estados de la costa sureste de EU, según la web especializada Poweroutage.us.
fahl