La caravana de miles de migrantes hondureños que salió el sábado pasado de su país cruzó ayer la frontera con Guatemala y tiene previsto continuar por todo el territorio y atravesar México para llegar a Estados Unidos.
Entre mil 500 y dos mil personas, entre ellas varios menores de edad, pasaron este lunes el punto fronterizo de Agua Caliente y tienen previsto seguir hoy su travesía.
El Gobierno guatemalteco había dicho el domingo que les impedirían el paso si no cumplían los requisitos legales, asegurando que el fin era no promover ni respaldar la migración irregular en ninguna de sus formas.
Según agregó, el Código Migratorio establece el derecho a migrar siempre y cuando se respete y se cumpla con la legislación nacional e internacional de la cual Guatemala es parte.
Por ello, advirtió, “no se permitirá el ingreso de movimientos o personas que formen parte de estos que con fines ilícitos alteren el orden y la seguridad nacional, que vulneren la protección de la niñez y adolescencia”.
Pero hasta anoche no los retuvieron, pese a que implementó un operativo de seguridad.
El sábado, alrededor de un millar de hondureños, entre hombres, mujeres y niños, comenzaron una caravana que salió desde San Pedro Sula, ciudad del norte de su país, con la idea de llegar a Estados Unidos, incluso a Canadá, aduciendo razones de seguridad y la busca de mejores condiciones de vida.
Desde México, el Gobierno recordó el mismo sábado que los que quieran entrar en territorio mexicano deben hacerlo cumpliendo la legislación vigente y realizando los trámites que corresponda en los consulados.
El mismo fin de semana, el Presidente de EU, Donald Trump anunció que analiza continuar con su política de cero tolerancia migratoria y separa a las familias que lleguen a su frontera con niños.
A fines de marzo, unos mil 500 migrantes centroamericanos, en su mayoría hondureños, iniciaron un recorrido, como lo han hecho en otros años, buscando huir de la violencia en sus países, pero la caravana despertó la ira del presidente estadounidense, Donald Trump, quien conminó a cerrarles el paso y hasta movilizó tropas a su frontera. Lo que generó tensión con el gobierno de México, organismos defensores de los derechos de los migrantes e incluso con autoridades locales.
Cientos desistieron, pero unos 300 inmigrantes que llegaron a Tijuana ingresaron a Estados Unidos con el objetivo de solicitar asilo, comenzando un proceso largo y complejo que podría terminar en la deportación.
LEG