A 164 años de su nacimiento, el escritor y poeta irlandés Óscar Wilde es recordado por obras como “El retrato de Dorian Grey” y “La importancia de llamarse Ernesto”, así como su polémica y excéntrica vida.
Nacido bajo el nombre de Oscar Fingal O’Flahertie Wills Wilde un 16 de octubre de 1854 en Dublín, Irlanda, sufrió la intolerancia sexual de la época victoriana, que lo llevó a la cárcel acusado de homosexualidad y sodomía y a una muerte prematura.
Desde pequeño estuvo en contacto con el mundo de las letras pues sus padres, sir William Wilde y Jane Wilde, eran destacados miembros de la sociedad angloirlandesa de Dublín que lo fomentaron a aprender a hablar con fluidez el francés y el alemán.
Con una inteligencia notable, fue educado en su casa hasta los nueve años y luego ingresó en la Portora Royal School de Enniskillen, donde estudio hasta los 17 años. Durante su estancia allí murió su hermana, Isola, quien le inspiró su poema “Requiescat”.
El 19 de octubre de 1871 entró al Trinity College, donde estudió a los autores clásicos durante los siguientes tres años. Como estudiante en la Universidad de Oxford destacó en el estudio de los clásicos y escribió poesía; su extenso poema “Ravenna” ganó el premio Newdigate en 1878.
Discípulo del ensayista y crítico Walter Pater e influenciado por el pintor James Abbott McNeill Whistler, en 1891 publicó una serie de ensayos que dio pie a que se le considerase uno de los máximos representantes del esteticismo, el cual plantea que el arte existe para exaltar la belleza sin importar otros aspectos como la moral o los problemas sociales.
Los aspectos más deslumbrantes y exquisitos de esta corriente fueron puestos de manifiesto tanto en su obra como en su vida.
Wilde siempre tuvo una forma llamativa de vestir, usaba pelo largo y vestía pantalones de montar de terciopelo, en tanto que su habitación estaba decorada de objetos de arte, girasoles, plumas de pavo real y porcelanas chinas
Sus actitudes y modales fueron repetidamente ridiculizados en la publicación satírica “Punch” y en la ópera cómica “Paciencia”, del dramaturgo William Schwenck Gilbert con música de Arthur Sullivan.
En 1881 la publicación de sus “Poemas” lo colocó en los reflectores de la cultura, pero su notoriedad aumentó por su carisma, sus excentricidades e incluso con sus charlas sobre el esteticismo; fue contratado para dar conferencias sobre este tema que promueve “el arte por el arte” en ciudades de Estados Unidos durante 1882, con una extensa cobertura mediática.
Dos años después se casó con Constance Mary Lloyd, nacida en 1859 y con quien tuvo dos hijos, Cyril y Vyvyan; con su familia se instaló en Londres, donde escribió durante los siguientes 11 años varias obras que incrementaron su éxito literario, asimismo dirigió un par de años la revista femenina “Woman’s World”.
En 1888 publicó el libro de cuentos “El príncipe feliz”, cuyo éxito motivo la publicación, tres años más tarde, de varias de sus obras, entre ellas “El crimen de lord Arthur Saville”.
El éxito de Wilde se basaba en su ingenio punzante y epigramático que contenían sus obras, dedicado casi siempre a fustigar las hipocresías de sus contemporáneos.
También se reeditó en libro una narración publicada anteriormente en forma de fascículos, “El retrato de Dorian Gray”, la única novela de Wilde que tuvo malas críticas desde sectores puritanos y conservadores que lo acusaron de inmoral, de tergiversar el tema de “Fausto”, promover el homoerotismo y corromper a la juventud.
Su popularidad como dramaturgo se incrementó con obras como “Salomé”, de1891 y escrita en francés, o “La importancia de llamarse Ernesto” publicada en 1895, obras de diálogos vivos y cargados de ironía.
En pleno auge de su carrera, en ese año su éxito se vio truncado cuando John Sholto Douglas, marqués de Queensberry, inició una campaña en periódicos y revistas donde lo acusaba de ser homosexual, considerado delito grave.
Tras conocer que su hijo Alfred Douglas mantenía una relación sentimental con el escritor, en una tarjeta de visita pública el marqués escribió: “A Oscar Wilde, que alardea de sodomita”.
Wilde intentó defenderse con un proceso de denuncia por calumnias contra el noble escocés (conocido también por crear las reglas del boxeo moderno) sin resultados, pues las pruebas presentadas por el marqués daban evidencia de hechos que podían ser juzgados a la luz del Acta de Enmienda Penal.
El 27 de mayo de 1895, Oscar fue condenado a dos años de prisión y trabajos forzados; las numerosas presiones y peticiones de clemencia surgidas desde sectores progresistas y de los más importantes círculos literarios europeos no fueron escuchadas, así que Wilde tuvo que cumplir la pena en su totalidad.
Como parte de su sentencia fue enviado a Wandsworth y a Reading, localidades en el sur de Inglaterra donde siguió escribiendo, como “Balada de la cárcel de Reading”; su estancia en la prisión supuso la pérdida de todo lo que había construido en su carrera en el mundo de las letras.
Una vez que salió del penal, el poeta, dramaturgo, ensayista y novelista cambió su nombre a “Sebastian Melmoth”, tomado del personaje de Charles Maturin, y se fue París, Francia, donde permaneció hasta su muerte el 30 de noviembre de 1900.
Sus últimos años de vida se caracterizaron por la fragilidad económica, los quebrantos de salud, los problemas derivados de su afición a la bebida, la prohibición impuesta por su esposa de ver a sus hijos y su conversión al catolicismo con la guía de un sacerdote irlandés. Tenía solo 46 años cuando falleció.
Después de su muerte, sus obras volvieron a representarse y a editarse; en 1906, Richard Strauss puso música a su drama “Salomé” y con el paso de los años se tradujo a varias lenguas prácticamente todas sus obras literarias.
aarl