No, cuando hablamos de 24 horas de mentiras no nos referimos a la gran patraña que significó la mal llamada “consulta ciudadana”, organizada de manera tramposa para decidir el fin del NAIM.
No, en realidad nos referimos a la montaña de mentiras que el propio Presidente electo y sus colaboradores emplearon para justificar la caída del NAIM y la sinrazón de tirar a la basura más de 250 mil millones de pesos.
Y la duda sigue siendo la misma. ¿Imaginan la reacción en redes, digitales y prensa lopista, si las mentiras habrían sido utilizadas por Peña Nieto o Calderón? ¿De qué tamaño son las mentiras? Decida usted.
1. Andrés Manuel López Obrador no sólo mintió sobre un supuesto aval del Gobierno de Francia a la base aérea de Santa Lucía, sino que la embajada francesa lo desmintió públicamente. La vergüenza es internacional.
2. Sin el mayor rigor financiero y a partir de otra mentira, el propio López Obrador dijo que la terminal de Santa Lucía significaría un ahorro de 100 mil millones de pesos. ¿De dónde sacó esa cifra? De la nada. Pero si somos rigurosos, las pérdidas serán de 260 mil millones de pesos, más demandas.
3. López Obrador y otros de sus colaboradores negaron de manera sistemática que existiera un impacto negativo en la economía por la cancelación del NAIM. Otra mentira, ya que cayeron el peso, la inversión, la confianza, la certidumbre, la Bolsa y la calificación para contratar deuda.
4. Dijo Obrador que las pistas de Santa Lucía estarán listas en tres años, a pesar de que no existe ningún trabajo previo, como impacto ambiental, de mecánica de suelo, hidrológico, de vientos… Es imposible que ese trabajo esté en 36 semanas. Otra mentira.
5. Como si se tratara de vender cacahuates, el Presidente electo dijo que los empresarios afectados podrían llevar sus contratos a Santa Lucía. Ante lo que pareció un insulto, la Coparmex respondió con una precisión legal; deben licitarse los contratos, por un lado y, por el otro, las empresas afectadas pueden demandar al Estado.
6. Con un argumento “chabacano”, Obrador dijo que al tirar el NAIM, su gobierno sólo obedecía el mandato democrático de la gente. La paliza fue general, ya que la farsa de consulta no es vinculante, y menos democrática.
7. No se sabe si Ricardo Monreal fue humorista o cínico cuando pidió a los empresarios que “se calmen porque ponen nerviosos a los mercados”. Sin duda, de risa loca, sobre todo porque el nerviosismo es por las decisiones del nuevo Presidente.
8. Rápidamente se convirtió en tendencia la inexplicable presencia de José María Riobóo –el constructor consentido de AMLO- en la conferencia de prensa donde se anunció la cancelación del NAIM.
¿Qué hace un empresario en un anuncio oficial, como la cancelación del NAIM? Queda claro que Riobóo es el gran beneficiario de cancelar Texcoco e impulsar Santa Lucía.
¿Cómo se meterá Riobóo al proyecto de Santa Lucía?, ¿por qué el interés en Riobóo?, ¿será que financió la campaña de Obrador?, ¿hasta cuándo las mentiras?
Al tiempo.