Donald Trump podría revertir la ventaja de los demócratas luego del uso político emocional y agresivo en contra de los migrantes y de los izquierdistas europeos que le enfurecen.

Al iniciar este martes el proceso electoral de medio término en Estados Unidos, los demócratas tenían una ventaja reducida, pero significativa de 2% por encima del Partido Republicano y, se extrapola, sobre lo que significa Trump.

En los cuatro eventos donde participó Trump este lunes, el asertivo mandatario de derecha se aseguró de dejar clara la asociación existente entre el éxito de la caravana de migrantes, supuestamente hacia su país, y las amenazas a la elección y a las libertades democráticas en nombre de la cuales tienen lugar los procesos comiciales.

Trump reeditó el cierre de campaña de último minuto que lo llevó a la Presidencia en 2016: el avance de los demócratas, si él pierde, sería la causa de un “desorden” y un “caos” de tal magnitud que se advertiría de inmediato en una ola de violencia y de inmigración ilegal incontenible. Y entonces pasa a la imagen de los migrantes dando el “portazo” de la frontera, mientras se lanzan piedras contras los uniformados mexicanos.

En estas tres semanas, Trump ha convertido la sucesión de caravanas migratorias de centroamericanos en la base de la reedición del instrumental de victoria que ya le funcionó en un ejercicio que es objeto de estudio para la comprensión de la política contemporánea.

La dicotomización polar de la política, utilizando estereotipos de consumo y difusión masiva simple, le ha permitido al republicano multimillonario demostrar que, como ha ocurrido históricamente en Europa, la cultura y la información atribuida y registrada en la mayoría de los ciudadanos no impide que liderazgos asertivos y claros, así sea esquemáticos, pueriles y locuaces, se hagan del poder y del control de la mayoría de los espacios convencionales de la generación de acciones políticas, incluso en el mundo digital.

En contraste con México, en donde la mayoría clara de la población respaldó fuerzas progresistas para su designación en un muy relevante número de espacios, en el caso de Estados Unidos y Brasil se ha generado una dinámica de derechización que posibilita, incluso, que Trump consiga virar la tendencia en su contra en las encuestas que parecían favorecerlo hasta este lunes.

El afán de Trump y las capacidades demostradas de su retórica polar le permiten, además, agregar directamente a un enemigo antiguo de su corriente política de expresión o de segmentos de ella con los cuales simpatiza. El referéndum que es para él las elecciones de medio término es también uno de carácter global sobre el peso que deben tener las derechas y las izquierdas.

Básicamente, Trump ha atacado como si estuvieran en un mismo espacio -y eventualmente hay puntos de contacto- al frente antifascista europeo, especialmente el de origen alemán conocido como Antifa, originado en la tercera década del siglo pasado, disuelto por los fascistas apenas un par de años después del ascenso del nazismo simultáneo al debilitamiento de la República de Weimar en los años 30.

En las elecciones de este martes, la querella ideológico-electoral global tendrá una intensidad y repercusión mayor de la que pensamos.

@guerrerochipres