El Partido Demócrata logró hoy la mayoría de los escaños en el Senado de Nueva York, arrebatando a los republicanos el control de esta cámara y consolidando su poder en el estado.
Según las proyecciones de varios medios, los demócratas se hicieron con al menos 35 de los 63 escaños y contarán con el dominio total del legislativo, al revalidar su mayoría en la Asamblea estatal.
El ejecutivo de Nueva York seguirá también en manos demócratas, tras la reelección del gobernador Andrew Cuomo para un tercer mandato.
Durante los últimos años, los republicanos habían controlado el Senado y frenado numerosas iniciativas de Cuomo, gracias a una alianza con un grupo de legisladores demócratas, que formaban parte de la llamada Conferencia Demócrata Independiente (IDC por siglas en inglés) creada en 2011.
El dar la espalda a sus compañeros de partido les costó el puesto a varios de ellos durante las pasadas primarias, donde algunos fueron reemplazados por alternativas mucho más progresistas.
Ese ala izquierda del Partido Demócrata estará ahora representada en el Senado estatal por varias mujeres de origen hispano como Jessica Ramos y Julia Salazar, que hoy se impusieron sin problemas en sus respectivos distritos.
Tanto Ramos y Salazar como la colombiana Catalina Cruz, elegida para la Asamblea estatal, forman parte del llamado grupo de “insurgentes” que este año retó con éxito al “establishment” del Partido Demócrata en Nueva York.
Ese colectivo está liderado por Alexandria Ocasio-Cortez, que se dirigirá a Washington para convertirse en la congresista más joven en la historia de Estados Unidos, tras su victoria hoy en las elecciones a la Cámara de Representantes.
TFA