¿Cómo se juntan el hambre y las ganas de comer cuando se trata de política en este nuevo tiempo que vivimos?

En otras palabras: ¿qué reúne a la oposición vencida por Morena con todo aquello que… lo que usted guste… antes de la toma de posesión de este sábado?

Si el Presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, es duro con los corruptos, básicamente por aquellos casos aquellos provenientes del PRI y del PAN, es leído como “vengativo”. Si ofrece no serlo, es interpretado por sus adversarios como “traidor” y promotor de la impunidad contra la cual se pronunció Morena.

Si hace una consulta, entonces hay demasiada democracia participativa y poca robustez metodológica.

En esta técnica de descalificación de la democracia participativa las oposiciones, básicamente de derechas, se asemejan a sus primas, las derechas venezolanas, las cuales al negarse a intervenir en aquello que sentían o sabían perdido, crearon las mismas condiciones de su propia derrota cíclica al perder capacidades de movilización y de articulación argumental.

Otro ejemplo.

La caída del IPC de la Bolsa Mexicana de Valores, registrada este lunes, de alrededor de cuatro puntos porcentuales, solamente superada por la registrada en 2014 de Enrique Peña Nieto -no se sabe por qué desapareció el Gobierno desde hace algunos meses, pero esta caída es aún dentro de esta administración- es interpretada como asociada con una propuesta de Morena.

No perder de vista que la principal caída es de Banorte, el banco más cercano a la élite priista de todo el sistema financiero.

Hay que preguntarse claramente. ¿Se produjo esa caída por las “contradicciones” del partido ahora predominante o por la interpretación genérica que los mercados quieren atribuir a la propuesta de un diputado?

Si esa interpretación es posible, ¿ocurre por la retórica predominante, la correspondiente capacidad operativa y establecedora de la agenda o por la inhabilidad analítica de sus críticos?

Aclaremos.

El viernes pasado, un legislador del PT presentó una iniciativa relacionada con el control estatal de las Afores.

La lectura que este fin de semana los mercados dieron a esa propuesta es derivada del sesgo con el cual los analistas de los bancos meten en el mismo saco todo y diversa cosa: no existe aun claridad, desde esos puntos de vista discordantes de AMLO, para entender cuándo y quiénes hablan en nombre del mandatario electo y cuándo son ocurrencias o improvisaciones de muchos actores que buscan posicionarse ante los ojos… del mismo mandatario.

Este martes en la Cámara de Diputados el coordinador parlamentario de Morena, Mario Delgado, explicó que la propuesta carece de respaldo de su partido. Señaló que su grupo no busca “dar sorpresas” al mercado financiero y que no se respaldará “ninguna iniciativa que cree inestabilidad en los mercados”.

Morena debe mejorar el control de las propuestas de sus heterogéneos integrantes y evitar que las “buenas intenciones” se conviertan en “empedrados del infierno”.

Debe hacerlo, también, para conjurar que el hambre de encontrar un punto débil desde las ahora oposiciones vencidas no se junte con las ganas de comer de quienes prefieren el fracaso del Gobierno próximo, incluso antes de que empiece.

@guerrerochipres